Resistencias comunitarias a las prácticas biopolíticas. El papel de la violencia y lo sagrado y sus vínculos con la memoria social.

Proyecto: Investigación

Detalles del proyecto

Descripción

A partir de investigaciones previas sobre las memorias colectivas y las prácticas de resistencia, este grupo de investigadorxs se propone enfocarse ahora en las resistencias de las comunidades indígenas en nuestros respectivos países (Chile, Colombia y México). En casi toda América Latina se ha implantado, desde el siglo pasado, una gubernamentalidad neoliberal, que tiene características nacionales específicas pero que también presenta rasgos comunes en toda la región. Uno de ellos es la apropiación por desposesión (Harvey, 2005: 114) que presenta distintas facetas, como la privatización de recursos públicos, la financiarización de la economía y el endeudamiento de nuestros países, que drena sus recursos. Otras expresiones de ese fenómeno son la desposesión de activos -como los fondos de pensión-, la apropiación violenta de territorios y recursos, así como la depredación natural, social y humana que provocan los megaproyectos y distintas formas de extractivismo (Harvey, 2005). La apropiación por desposesión afecta sobre todo a los sectores sociales más desprotegidos y muy especialmente a las comunidades indígenas (Zárate Hernández, 2013), que han preservado sus territorios ricos por su diversidad y codiciados por los grandes corporativos -legales e ilegales-. En algunos casos sus territorios resultan arrasados; en otros resisten de diversas maneras, como ha ocurrido, entre otros casos, en el Municipio Autónomo de Cherán K’eri (Andrade, 2013) y en la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-PC), en la montaña y costa chica de Guerrero; pero también en la zona precordillerana del centro y sur de Chile, o en las organizaciones comunitarias de ascendiente afro del distrito de Buenaventura, en Colombia, que nos proponemos analizar en esta investigación. Su capacidad de resistencia está vinculada con una memoria social que se ancla en una cosmovisión propia, no eurocéntrica, que recupera usos y costumbres ancestrales, a la vez que se actualiza constantemente para dar respuesta a las problemáticas más recientes, como el neoextractivismo y la presencia de las redes criminales en sus propios territorios. Por lo mismo, su relación con la violencia, a la que están sujetos y que, a su vez, deben enfrentar con violencias de carácter defensivo para la protección de su territorio es un asunto central para posibilitar su subsistencia. Por otra parte, dicha defensa no se funda en una perspectiva utilitaria afín a la noción de lucha por la “explotación de los recursos” sino a una visión integral de lo natural, lo social, lo humano que considera esos territorios y la vida que se sostiene en ellos como parte de lo sagrado. Desde su perspectiva, lo sagrado no se entiende por opsición con lo profano -mirada propia de la visión occidental- sino que experimentan el mundo que nos rodea como sagrado y “lo respetan como se respeta la dignidad inmanente a todo lo que está vivo” (Rabinovich, 2021: 192). Estas dos dimensiones, la violencia y lo sagrado, están presentes en sus resistencia pero nos parecen particularmente significativas porque también se presentan, como una suerte de “contracara” de sentido inverso, en las políticas hegemónicas. La violencia –en este caso no defensiva sino de expoliación y represiva- y cierta “moralidad” anclada en una religiosidad -que escinde lo sagrado de lo profano-, aunque supuestamente ausentes y negadas, están arraigadas en el pensamiento “democrático” de Occidente, por más que este se pretenda pacífico y secular. Esta investigación trataría de indagar en las características, las prácticas y los modos de la violencia y lo sagrado -concebido más allá de lo estrictamente religioso- en las experiencias comunitarias, así como la relación que guardan entre sí. Nos interesa en particular observar si tienen un potencial resistente a la fase actual del neoliberalismo y sus prácticas fuertemente biopolíticas de desposesión y depredación territorial. Para ello se trabajarán: 1) las experiencias de la comunidad comcaác (yaquis) en México, sus formas de defensa y protección de la vida, su derecho a lo sagrado y las posibles traducciones políticas de esas prácticas; 2) la comuna de Los Lagos, en la región de Los Ríos, en el centro sur de Chile, donde se desarrollan procesos de recuperación del territorio por organizaciones mapuche y no mapuche frente al avance violento de las políticas neoliberales y neoextractivistas, que ponen en juego cosmovisiones propias en relación con su concepción de la vida y el territorio, y 3) la potente organización comunitaria de Buenaventura, Colombia, que se ha organizado en defensa de la dignidad y la vida para enfrentar diferentes tipos de violencia estructural, extractivista y criminal, y en la que confluyen religosidades populares afro y prácticas provenientes del catolicismo. Como se analizarán comunidades localizadas en países muy diferentes y, por lo mismo, correspondientes a grupos étnico-culturales diversos, se propone realizar asimismo una reflexión comparativa entre las comunidades de Colombia, Chile y México, que pertenecen al universo afrodescendiente, al andino y al mesoamericano respectivamente. Se tratará de identificar semejanzas, distinciones y particularidades entre perspectivas que, como parte de sus memorias colectivas, incorporan cosmovisiones diferentes a las de la institucionalidad hegemónica, entendiendo que su forma de abordaje y comprensión de la violencia y lo sagrado pueden ser decisivas para ampliar las prácticas de resistencia a las violencias del biopoder y sus pretensiones de apropiación y selección de la vida.
EstadoNo iniciado

Palabras clave

  • Memoria
  • Memoria social
  • Prácticas biopolíticas
  • Resistencias
  • Violencia

Estado del Proyecto

  • En Ejecución

Financiación de proyectos

  • Universidad Autonoma De Mexico