Las mujeres con cáncer toman decisiones difíciles sobre salud sexual y reproductiva, sin suficiente apoyo, ni información, en un contexto donde los servicios del cuidado profesional se han constituido en un factor de incertidumbre(1), aunado a otras preocupaciones de aquellas que iniciarán tratamiento con radioterapia, tales como la acción gonadotóxica con efectos a largo plazo de las radiaciones ionizantes, que incluyen insuficiencia ovárica, detención puberal y posterior infertilidad, y en cierto casos, la desregulación de la secreción hormonal normal y los daños en el útero(2). Según datos de Globocan, 2018, en Colombia hay 9465 casos nuevos de cáncer en mujeres en edad fértil (10 ¿ 44 años de edad) al año(3). Según datos disponibles hasta junio de 2017, el país cuenta con 1,780 servicios de salud oncológicos habilitados, de estos, el 17.4% son servicios de apoyo diagnóstico y complementación terapéutica (quimioterapia, radioterapia, cirugía), de los cuales, en cifras absolutas, los servicios de radioterapia son 53(4). Uno de ellos, considerado referente nacional es el Instituto Nacional de Cancerología-ESE (INC), en cuyo Boletín epidemiológico 2018, se reportan 203 eventos notificados, de los cuales 88 fueron del sexo femenino(5). Existe un programa especial de ¿Fertilidad y Cáncer, Salud Sexual y Reproductiva¿ cuyo objetivo es el de ¿brindar asesoría en salud sexual y reproductiva a todo paciente en edad fértil con patología oncológica con probabilidad de tratamiento oncológico atendido en el INC¿, el cual tuvo en el 2017 una productividad del 11%, una adherencia del 100% y un impacto del 29%(6). Entre los retos de la institución, está el ¿llevar los Programas Especiales como parte fundamental del proceso de Atención¿(6).Si bien se ha identificado que se requiere de un equipo multidisciplinario de onco-fertilidad, para la referencia y el tratamiento oportunos(8), la formación del profesional de enfermería para la consejería a mujeres con cáncer aún enfrenta grandes retos, ante la evidencia de que otros profesionales de la salud se sienten inhibidos acerca de discutir la preservación de la fertilidad (PF), en tanto que las enfermeras de oncología pueden servir como iniciador para discutir el tema(9) y brindar apoyo adicional que se amplía a la salud sexual y reproductiva de dichas mujeres.Al respecto, un estudio realizado en Australia, reportó que solo una minoría de los 263 profesionales de la salud que participaron en el estudio (29%) había recibido capacitación para discutir la fertilidad con pacientes con cáncer. La mayoría deseaba más capacitación o educación: incluyendo enfermeras (81.8%), otros profesionales de la salud (80.6%) y médicos (55.4%)(10). Por su parte, un estudio realizado en Alemania, en el que participaron 421 enfermeras de oncología, evidenció que las discusiones de PF fueron realizadas con más frecuencia por enfermeras profesionales y con experiencia, en tanto que las razones para no discutir la PF fueron una "falta de conocimiento" (25.2%), "mal pronóstico" (16.4%) y "falta de tiempo" (10.5%)(9).Tanto la práctica clínica actual, como la literatura científica permiten identificar como problemática central, que las barreras existentes en este campo van más allá del impacto de los tratamientos contra el cáncer en el potencial de fertilidad.Como consecuencia de los avances en el conocimiento del impacto de los tratamientos oncológicos sobre el potencial de fertilidad de las mujeres, los profesionales de la salud han orientado las intervenciones hacia la consejería de preservación de la fertilidad (PF)(11), descuidando otras áreas de la salud sexual y reproductiva(12). Dichas intervenciones permiten cuestionar las aproximaciones a la planificación familiar de la mujer con cáncer desde la teoría de la acción racional, centrada en la toma de decisiones, en la que desempeñan un lugar importante los valores y las preferencias de las mujeres sobre tener un hijo(1), pero se desatienden los aspectos relacionados con la interacción, en el diálogo de construcción de saberes en salud sexual y reproductiva, entre las enfermeras y las mujeres con cáncer. Se propone entonces, superar la reducción de la consejería a la mujer con cáncer, centrada en la preservación de la fertilidad, para ampliar su estudio a otras áreas de la salud sexual y reproductiva aún no exploradas, intentando dar respuesta de forma empírico inductiva a la siguiente pregunta de investigación: ¿cuáles son las prácticas discursivas sobre planificación familiar entre la enfermera y la mujer con cáncer que iniciará tratamiento con radioterapia en el Instituto Nacional de Cancerología, enero-mayo 2020?