Perfil profesional y condiciones laborales de los enfermeros en las unidades de cuidado intensivo. Estudio Multicéntrico Colombia, Argentina y Brasil.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el campo del recurso humano de enfermería se identifica como una de las principales áreas críticas ya que la problemática de la fuerza de trabajo está permeada por dificultades relacionadas con las competencias y perfiles ocupacionales, la debilidad de las políticas y planificación de recursos humanos en salud, el bajo nivel de formación profesional en la mayoría de los países de la región, la enorme diversidad de programas educacionales y la debilidad en materia de producción de información y evidencias sobre la fuerza de trabajo y el trabajo de enfermería (1). A su vez, el Consejo Técnico Nacional de Enfermería en Colombia, refiere que no existe información suficiente ni mecanismos de prospectiva que permitan la autorregulación de las instituciones educativas y de las prestadoras de servicio de salud frente a la necesidad de profesionales de enfermería del país a partir de las características de salud de la población y del Sistema de Salud (2).Por otra parte, uno de los aspectos que puede afectar la fuerza de trabajo es la actual evolución y globalización tecnológica que hacen que los profesionales de enfermería enfrenten grandes desafíos en el ambiente de trabajo, tales como afrontar los constantes cambios de conocimiento y tecnología; adaptarse a distintas formas de trabajo y exigencias cada vez mayores para la alta productividad y máxima calidad (3). Por ello, los hospitales y en particular las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), exigen un perfil profesional diferenciado que consiga responder a estas exigencias y unas condiciones laborales apropiadas, lo que conlleva a una transformación de las prácticas asistenciales y gerenciales. Esto implica que las condiciones laborales se integren a la formación profesional como un elemento orientador de la calidad de las mismas; entendidas, así como un derecho fundamental, basado en la concepción del ¿capital humano¿. De esta forma la educación se ubica como un componente central para la adecuación de las prácticas de atención (4).El profesional de enfermería se convierte así en un recurso indispensable en las UCIs, dado que como parte del equipo interdisciplinar son quienes se encuentran la mayor cantidad del tiempo en contacto con los pacientes, lo que les permite por una parte identificar oportunamente necesidades de cuidado, descompensaciones o complicaciones derivadas de la situación de salud y por otra, asegurar la continuidad y calidad de los cuidados provistos para favorecer una adecuada evolución (5). Por esta razón, el perfil profesional entendido como el conjunto de capacidades y competencias que caracterizan al enfermero y lo habilitan para realizar de manera adecuada las funciones asignadas, es un aspecto imprescindible en la medida en que se relaciona con las tasas de supervivencia de los pacientes a nivel hospitalario, por ello, la formación permanente postgraduada y avanzada cobran gran relevancia, pues hacen posible una práctica más segura, previniendo daños y minimizando los riesgos derivados de la atención sanitaria (6).De otra parte, también se identifica que las condiciones laborales tales como la relación enfermera- paciente, tipo de contratación, vinculación, salario asignado, carga horaria e incentivos, pueden interferir en la calidad y seguridad del cuidado brindado al paciente en estado crítico, por ello, entidades internacionales como la Organización Mundial de la salud (OMS), el Consejo Internacional de Enfermería (CIE) y la organización internacional del trabajo (OIT), han reconocido la importancia de un entorno de trabajo positivo en el cual se promuevan espacios que favorezcan la seguridad y el bienestar del trabajador, no solo por las importantes repercusiones que tiene en términos de satisfacción laboral, sino también porque se relaciona estrechamente con la motivación, la cual es un aspecto indispensable en la calidad de servicio ofertado por la enfermera (7).En Colombia, la Asociación Colombiana de Facultades de Enfermería y la Asociación Nacional de Enfermeras reconocen el trabajo como un derecho fundamental el cual debe darse bajo condiciones dignas, justas y seguras; en procura del mejoramiento de los servicios de salud y del cuidado (8). Por su parte Frates y Kalckmann (9) señalan que unas óptimas condiciones laborales pueden aumentar la satisfacción laboral, disminuir el ausentismo, asegurar la retención del personal y fortalecer de la calidad de cuidado entregado. Además, Chang et al (10), encontraron que el aumento de la carga de trabajo de una enfermera por paciente tiene una asociación estadísticamente significativa con los indicadores de calidad y podría aumentar en un 7% la probabilidad de que un paciente hospitalizado muera dentro los 30 primeros días del ingreso, por tal motivo concluyen que una adecuada formación y condiciones laborales, pueden reducir estos desenlaces negativos.Es así como las condiciones laborales deben estar enmarcadas en una normatividad que asegure el máximo bienestar para los trabajadores, no obstante, a pesar de la existencia de algunas normas legales, ello no se ve reflejado efectivamente en la situación laboral, puesto que frecuentemente tiende a priorizarse la calidad del cuidado brindado sobre las condiciones de trabajo que los profesionales tienen durante su ejercicio, por esta razón, se hace necesaria la investigación tendiente al conocimiento de las dinámicas de la fuerza laboral, para a partir de allí generar estrategias que aseguren servicios de calidad con profesionales capacitados, seguros y motivados (11).Ante el impacto generado por un perfil profesional y condiciones laborales inapropiadas, diferentes organizaciones como la Federación Mundial de Enfermería en Cuidado Intensivo (12) han señalado que el desarrollo de la fuerza de trabajo de enfermería en las unidades requiere de una cuidadosa planificación y ejecución para asegurar un adecuado balance y combinación de aptitudes y atributos en el equipo, que permitan un cuidado seguro y efectivo. La planificación de la fuerza de trabajo de enfermería en cuidado crítico debe ser considerada una prioridad por parte de los gobiernos, directivos de los Hospitales, Instituciones de educación superior y cuerpos profesionales, para garantizar la salud y seguridad de los pacientes más vulnerables.En Colombia, en el marco de la Ley 1164 de 2007, la Ley 1438 de 2011 y recientemente la resolución 1441 de 2013(13) en donde se establecen las condiciones mínimas del ejercicio profesional y la suficiencia de este recurso para el volumen de atención, se han venido desarrollando actividades para disponer de información y conocimiento del Talento Humano en Salud, como base para la definición de la Política y la implementación de un Sistema de Formación Continua, sin embargo, no se ha desplegado información específica del recurso humano en cuidado intensivo. Adicionalmente, la mayoría de las unidades de cuidado intensivo en Colombia no tienen estandarizados sistemas de medición que permitan a los profesionales determinar la carga de trabajo de enfermería y cuantificarla a partir de los cuidados (14). En Argentina, el perfil profesional y laboral en el área de cuidado critico es complejo, puesto que se están viviendo momentos de crisis ya que no existe con claridad un diagnóstico situacional del número de enfermeras con formación posgraduada requerida en las unidades de cuidado intensivo, la demanda de los servicios de salud se encuentra colapsada ante la falta de personal de enfermería suficiente y adecuadamente formado (15).En Brasil, faltan datos actualizados que demuestren el perfil profesional específico de la enfermería en UCI, uno de los pocos estudios que abordan este tema identificó que en las UCIs de las cinco diferentes regiones del país hay un predominio de enfermeras del sexo femenino y con formación de postgrado, pero recomiendan expandir estos hallazgos e identificar las condiciones de trabajo actuales (16).Los estudios realizados en estos tres países con relación al perfil profesional y condiciones de trabajo son escasos y muestran de forma limitada el panorama en algunas regiones, por tal motivo, recomiendan ampliar el tamaño de la población, establecer comparaciones en tiempo, lugares y condiciones laborales de los profesionales de enfermería y su relación con los indicadores de la calidad del cuidado no solo en los países sino también en Latinoamérica y el mundo.Es así como esta situación, deja en evidencia la necesidad de desarrollar un proyecto de investigación que determine el perfil profesional y las condiciones laborales del personal de enfermería en esta área y la posibilidad de identificar alguna asociación con la ocurrencia de eventos adversos reportados por enfermería, de manera que los resultados de esta investigación se conviertan en un insumo valioso para las entidades formadoras del recurso humano, los empleadores, las agremiaciones y los organismos veedores, en aras de buscar las mejores estrategias que permitan estandarizar el talento humano en salud y a mediano plazo generar intervenciones tendientes al incremento de la calidad del cuidado.