Memorias de los oprimidos. Enajenación, ideología y contingencia

En esta propuesta de investigación busco consolidar un esquema de comprensión de las memorias de los sectores oprimidos, en el medio de la embestida violenta del capitalismo contemporáneo y de los aparatos de Estado. De este modo, la intuición de este proyecto radica en que la idea misma de comprender que existen usos emancipatorios de nuestra relación con el pasado aportaría algunos elementos para la crítica de las violencias que recientemente se han recrudecido en el corazón mismo de los procesos de subsunción real del capital sobre las formas de vida humanas y no humanas. De acuerdo con lo anterior, me gustaría contemplar la necesidad de una elaboración conceptual rigurosa sobre qué formas o lógicas del sentido aparecen en las voces de poblaciones que son víctimas de violencias extremas. Específicamente, mi búsqueda radica en problematizar una visión que llamaré ideológico-liberal que considera que las voces de los oprimidos pueden insertarse en los relatos dominantes. Esta postura considera que una sociedad puede llegar a reconciliarse consigo misma cuando es capaz de introducir múltiples relatos –dominantes y dominados– en una historia común. Allí todas las posturas y formas de habitar el mundo presuntamente se reconciliarían dejando a un lado el antagonismo que emerge cuando un sector dominante cuenta su propia historia. Ahora bien, me gustaría señalar que esta idea consensual de la memoria es, en realidad, una forma de dominante de elaborar nuestra relación con el pasado. Ella oculta un verdadero uso disidente de la memoria que me gustaría desarrollar con cierto detenimiento, pues considero, junto con muchos pensadores y pensadoras contemporáneos, que una memoria realmente crítica es la que deja sin vigor, de un modo radical, nuestra usual relación con el pasado –y con el tiempo en general–. No se trata acá de la necesidad conciliar discursos dominantes y discursos dominados, sino de poner en evidencia la carga universal, conflictiva y escandalosa que trae consigo la memoria de los oprimidos. Esto quiere decir que las formas de vida que traen consigo las memorias de los oprimidos dejan sin vigor la reproducción sistémica de la violencia de la valorización del capital y los aparatos de Estado, arrojándonos así a nuevas formas de vida emancipadas que luchan contra la reproducción de la violencia. Por esa razón, las voces disidentes no se pueden incluir ni integrar en el tiempo de la dominación del capital y del derecho, precisamente, porque su forma de configurar sentido se opone a los fundamentos de estos sistemas sociales. Probar esto es el la propuesta central de este proyecto.