Las infecciones nosocomiales constituyen uno de los problemas más importantes a los que la medicina moderna se enfrenta. No solo tienen un gran impacto en cuanto a mortalidad, morbilidad y aumento en el número de días de estancia hospitalaria, sino que también acarrean un alto costo económico en cuanto a diagnóstico, tratamiento y manejo de las complicaciones. Los ancianos son un grupo de riesgo para presentar infecciones nosocomiales. La pluripatología, los largos periodos de hospitalización que pueden requerir, el uso de tratamientos antibióticos fomentando la resistencia y la inmunosenescencia contribuyen con este aumento en el riesgo. Sin embargo hay otros factores que también pueden aumentar el riesgo, y dentro de estos se encuentra la linfopenia idiopática. No existen datos acerca de la prevalencia de linfopenia idiopática en ancianos, limitándose a datos sobre linfopenia secundaria a otras causas como son el tratamiento quimioterapéutico o en el contexto del VIH. Hay además pocos datos sobre el riesgo que la linfopenia puede conllevar en el paciente hospitalizado. El presente trabajo busca investigar la relación entre la linfopenia y las infecciones nosocomiales.