Detalles del proyecto
Descripción
El perfil de alimentación de la cultura occidental se caracteriza por una alta densidad energética, debido principalmente a la alta ingesta de azúcar, y al bajo consumo de frutas, verduras y de alimentos fuente de ácidos grasos mono y polinsaturados. Este panorama alimentario se ha relacionado como factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares [ECV], las cuales son, como lo indica la Organización Mundial de la Salud, la principal causa de muerte en el mundo. En los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional [ENSIN] 2015, se reportó que el exceso de peso en la población adulta ha incrementado en un 5.2% del año 2010 a 2015, lo cual es un factor de riesgo para la manifestación de ECV (Grupo de expertos de la OMS/OPS, 2011). Esta situación ratifica la necesidad de impactar en los estilos de vida saludables de la población, promoviendo una alimentación balanceada, suficiente, equilibrada e inocua, pues la dieta es uno de los factores de riesgo modificables para prevenir el desarrollo de ECV. En Colombia, según las encuestas ENSIN 2005 y 2010, la mayoría de la población consume alimentos fritos en aceite, presenta bajo consumo de frutas, verduras, hortalizas, pescados y alto consumo de productos procesados y ultraprocesados. Este perfil de alimentación es característico de la cultura occidental, siendo baja la ingesta de alimentos fuentes de ácidos grasos esenciales [AGE], vitaminas liposolubles, fibra y fitonutrientes. Una buena alternativa para incrementar el consumo de AGE, y prevenir con la alimentación el desarrollo de ECV, es adicionar o enriquecer productos de consumo masivo como los derivados lácteos, pues estos alimentos son considerados por la mayoría de la población como saludables. Según los datos reportados en la ENSIN del 2015, los lácteos son consumidos de manera frecuente por los colombianos, en donde la ingesta estimada de leche para la población es de 94,2% en un mes regular y 94,2% para los derivados lácteos como queso, yogur y kumis (Ministerio de salud, 2015). Comparando estos datos a los reportados por la ENSIN 2010, se puede observar un aumento en el consumo de leche y derivados lácteos ya que pasó de un 85,5% a un 93,4% respectivamente (Ministerio de la Protección Social, 2010). De igual forma, el Fondo Nacional del Ganado FNG (Fedegan) reportó que entre el 2010 y el 2014, el consumo de leche aumentó de 3,6 litros, al pasar de 139,4 a 143 litros por persona al año; y de los 1.715 millones de litros de leche producidos, cerca del 26% de la producción total, se dedican a la fabricación de los quesos regionales Adicionalmente, las bebidas fermentadas como el yogur, mueven cerca de 470 millones de dólares y se prevé que facturará 602 millones de dólares en 2023. Sus principales líderes son Alpina, Yogo Yogo y Bonyurt, con participaciones de 18.1%, 17.8% y 14.4%, respectivamente. A estas le siguen Regeneris y Algarra (Euromonitor, 2019). Los alimentos fuentes de omega 3, principalmente son aceites de origen vegetal y alimentos de origen marino como pescados, aceites de pescados y algas. En tanto las fuentes de vitamina E en forma de tocotrienol principalmente son el aceite de palma y achiote. Por lo general en la cultura occidental, estos alimentos no son de consumo habitual, lo que hace que la industria busque alternativas para vehiculizar estos compuestos en alimentos de consumo masivo, como lo es el grupo de leche y productos lácteos. La leche y los productos lácteos presentan un perfil nutricional adecuado, gracias a su aporte de proteína, calcio, riboflavina, entre otros nutrientes. Además, los lácteos son susceptibles para la formulación y/o desarrollo de nuevos productos (Alvídrez-Morales, A, González-Martínez, B.E., Jiménez-Salas, 2002; Santillan Urquiza, Mendez Rojas, & Vélez Ruiz, 2014). Estrategias como la reducción de cloruro de sodio [NaCl] en quesos y la disminución del contenido de grasa en leche y derivados han sido implementadas para combatir algunas enfermedades como la hipertensión arterial y dislipidemia (Millone, Olagnero, & Santana, 2011). Los productos lácteos pueden ser vehículos de compuestos bioactivos, adicionando, sustituyendo y/o reduciendo el componente más variable, la fracción lipídica. Por ello, algunas fuentes vegetales con perfiles de AGE adecuados y contenido de vitaminas con efecto antioxidante como la vitamina E, son de interés en el desarrollo de alimentos funcionales [AF], pues pueden emplearse como ingredientes para mejorar el perfil graso de alimentos derivados de la leche. En Colombia, los cultivos de Sacha Inchi y Palma son una alternativa para la sustitución de cultivos ilícitos en Colombia, pues la transformación de sus frutos representa una oportunidad económica para el desarrollo sostenible de comunidades vulnerables, en el marco del posconflicto. El Sacha Inchi (Plukenetia volubilis L.) es una planta con gran potencial económico gracias a la transformación de su fruto (semillas) en productos de alto valor agregado, principalmente el aceite que contiene 50% ALA (18:3ω-3), 36.8% AL (18:2ω-6) para una relación omega 3: omega 6 de 0.76 y un contenido total de tocoles de 211.8mg/100g (Wang, Zhu, & Kakuda, 2018). El ratioω-3:ω-6 es deseable para reducir el riesgo de desarrollar varias enfermedades crónicas de alta prevalencia, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, y las enfermedades inflamatorias e inmunológicas (Vanegas-Azuero & Gutiérrez, 2018), y por ello este aceite es de mucho interés para la salud humana. Por su parte, el aceite híbrido de palma del cruce de Elaeis guineensis x Elaeis oleífera-OxG [AHP] es atractivo por su alto contenido de carotenos (1036.9mg/100g), tocotrienoles (26.4mg/100g) y ácidos grasos monoinsaturados [AGMI] (55.8%) (Mozzon, Pacetti, Giuseppe, & Paolo, 2015; Mozzon, Pacetti, Lucci, Balzano, & Frega, 2013). Sin embargo, estos cultivares no son muy conocidos por los consumidores, y por lo tanto no se aprovechan masivamente sus bondades nutricionales. Dado que los consumidores actuales cada vez se preocupan más por su alimentación, y esperan que ésta les brinde algo más allá de la satisfacción, es decir, algún beneficio para su salud, es que aun los AF son tendencia (Bimbo et al., 2017; Ganesan, Brothersen, & McMahon, 2014; Markey et al., 2017). Los AF son una alternativa saludable para el consumidor porque proveen un efecto benéfico sobre la salud. Las matrices lácteas han sido las más versátiles, debido a que se catalogan como productos con adecuado perfil nutricional, y por tanto pueden reformularse para fortalecer su potencial funcional. Por ejemplo, pueden ser vehículo de fuentes alimentarias de tocotrienol (vitamina E) y de ácido alfa linolénico [ALA]. En el momento no se ha indagado la inclusión de Sacha Inchi [ASI] colombiano en un yogurt, ni además si vehiculizado, gracias a su alto contenido de ALA, ejerce un efecto benéfico en la salud cardiovascular del consumidor. Por otro lado, no se ha estudiado la inclusión de aceite híbrido de palma colombiano en yogures, en ninguna matriz alimentaria, sin embargo, se ha reportado que un consumo de hasta 20 ml por su alto contenido de gamma tocotrienol es un potente inhibidor de la producción endógena de colesterol (Ojeda et al., 2017, 2016). Hasta el momento no hay estudios que indaguen el efecto de ingerir yogures adicionados con estos aceites colombianos sobre la salud cardiovascular de los consumidores. En este contexto de promoción de alimentación saludable y partiendo de la caracterización de la dieta occidental, la cual no cumple con los requerimientos diarios de AGE, y vitaminas liposolubles como la vitamina E, el presente proyecto de investigación pretende describir el efecto del consumo diario de dos bebidas lácteas fermentadas adicionadas con fuentes alimentarias altas en tocotrienoles y ALA sobre marcadores biológicos clásicos de ECV y vitamina E, durante 3 meses, en individuos con riesgo cardiovascular. Los productos actualmente se están desarrollando en el contexto de una tesis de doctorado del programa Doctorado en Ciencia y Tecnología de Alimentos, de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, Facultad de Ciencias Agrarias. De obtenerse resultados satisfactorios podrán generarse nuevos productos lácteos para el mercado colombiano, favoreciendo los cultivares de Sancha Inchi y Palma al diversificar el uso de sus frutos como fuente de compuestos bioactivos. La presente propuesta de investigación pretende responder la siguiente pregunta: ¿Cuál es el efecto del consumo de yogures fortificados con fuentes alimenticias de omega 3 y vitamina E, sobre biomarcadores de ECV y vitamina E, en individuos adultos aparentemente sanos?
Estado | Finalizado |
---|---|
Fecha de inicio/Fecha fin | 01/03/22 → 30/11/23 |
Palabras clave
- Ácido alfa linolénico
- Bebida láctea fermentada
- Enfermedad cardiovascular
- Perfil lipídico
- Tocotrienol
- Vitamina e
Estado del Proyecto
- Terminado
Financiación de proyectos
- Interna
- Pontificia Universidad Javeriana