Detalles del proyecto
Descripción
No hay en Colombia una obra consagrada a la historia del marxismo nacional, más allá de algunos trabajos de corte ensayístico o reflexiones, producto de eventos académicos . En esa medida, hay un vacío historiográfico que, de cualquier modo, implica un esfuerzo colectivo de largo aliento. Esta investigación no pretende llenar dicho vacío historiográfico, pero tampoco se aleja de esa intencionalidad. El objetivo consiste en rastrear las maneras como, entre 1930 y 1974 , el discurso marxista ingresó al campo académico universitario. La hipótesis para hacer dicho rastreo es que tal discurso, en una especie de ¿purificación¿ institucional, fue despojado de su sentido ideológico desdoblándose en un discurso mucho más científico y académico . Se parte de la idea de que la ¿academización¿ del marxismo dio cuenta de un complejo proceso de institucionalización de aquello que debía ser enseñado sobre el campo del marxismo al interior de las universidades y, por lo mismo, hacer parte del canon universitario científico. Para seguir este proceso, propongo asumir dos actitudes metodológicas en las que, considero, se bifurcan los diferentes caminos del marxismo nacional, además de establecer un juego de escalas. Por un lado, esta será una historia intelectual con protagonistas concretos. Bajo la trayectoria de intelectuales como Luis Eduardo Nieto Arteta (1913-1956), Gerardo Molina (1906-1991) o Darío Echandía (1897-1989), intentaré trazar la manera como el marxismo fue ingresando progresivamente a las universidades, mutando en un discurso científico susceptible de ser apropiado por el campo académico. El posicionamiento y cambio de perspectiva que ofrecía el marxismo para analizar la realidad fue la bandera de muchos jóvenes intelectuales que no se identificaban con el pensamiento decimonónico de las elites políticas, y que pretendieron romper con una universidad elitista y anclada en el pasado. Por otro lado, esta investigación busca ser una historia social de las ideas en el sentido más sociológico y amplio del término. Para ello, se abordarán los archivos, programas y pensum universitarios de la época, así como el accionar de grupos concretos (como la UNIR o el Grupo Marxista), con el fin de describir el complejo proceso de apropiación del marxismo en escenarios sociales extensos (como el campo académico e intelectual colombiano en general). Esto último permitirá comprender el papel del Marxismo como herramienta para leer la sociedad por parte de ¿comunidades de interpretación¿ concretas. De la misma forma, será posible reconocer las estructuras pedagógicas y didácticas que se instituyeron en torno a su enseñanza y aprendizaje. En términos formales, la investigación se centrará en las carreras de Filosofía, Derecho y Economía. La elección de estas carreras obedece a dos criterios concretos: 1 Su larga trayectoria al interior de la institución universitaria formando una tradición académica. 2 Su afinidad con la constitución misma del marxismo. Como sabemos, el marxismo, tanto el expuesto por el propio Marx, como el desarrollado posteriormente, se desdobla al interior de la economía, la filosofía y el derecho, a partir de la idea de totalidad interna. En términos espaciales la investigación se centrará en Bogotá, Medellín y Cali , pasando por sus principales centros universitarios, tanto públicos como privados . Debido a la disparidad institucional, no será posible encontrar fuentes de un mismo tipo, por lo tanto, la pesquisa se desarrollará de manera aleatoria y privilegiará programas académicos, actas de notas, revistas institucionales, oferta de asignaturas, catálogos, entre otros. Además, se tendrán en cuenta algunas experiencias de docentes y/o estudiantes que puedan ser recogidas en forma de entrevistas. Finalmente, quiero describir un proceso de tensión del marxismo entre lo ideológico y lo científico, y su transposición. Ante esto último, se erige la pregunta de si la universidad se abre al marxismo como una forma ¿legitima¿ de leer la realidad social, o por el contrario el marxismo se academiza a partir de su ingreso a la familia de las ciencias universitarias. Una pregunta que parte del cómo y no del por qué, poniendo en evidencia las emergencias propias de un discurso de conocimiento que se dice científico, a partir de la puesta en escena de sus diversas procedencias . Partir de una narrativa en tensión entre la historia social de las ideas y la historia intelectual , me permitirá plantear, como ya se indicó, un juego de escalas entre la investigación intensiva y la extensiva. Reducir la escala al nivel del intelectual, para luego ampliarla y describir a un grupo de sujetos, o a una institución universitaria, enriquecerá el análisis frente a un objeto que se torna escurridizo pero intrigante. Un marxismo que indudablemente ha dejado marcas en la historia intelectual, política, social y educativa del país. Como hipótesis podría postular que -como lo dije más arriba-, en un proceso de mediana duración (más o menos 50 años) la universidad se apropió de un tipo de marxismo alejado de aquel que se practicaba en el seno del Partido Comunista y los diferentes movimientos sociales y políticos, despojándolo de su sentido revolucionario y concibiéndolo como una técnica científica para leer la realidad social. De manera inversa, asumo que los movimientos y grupos políticos se alejaron del cientificismo marxista y se concentraron en la acción directa. Todo esto en medio de fuertes pugnas ideológicas en el seno de las izquierdas nacionales, que luchaban por conseguir una relativa autonomía frente al amplio espectro de la política nacional. Sin embargo, esta hipótesis no puede desconocer los intersticios de una relación compleja que se emplazó en el escenario universitario para desplegar un debate entre la teoría y la acción. Este intersticio se amplió en la década de los sesenta, en la forma de compromiso por parte de muchos estudiantes y profesores universitarios con la lucha revolucionaria, asumiendo que la universidad se encontraba inmovilizada frente a los acontecimientos del país. Esta hipótesis, si de algún modo pudiera ser justificada, parte de dos perspectivas aparentemente en oposición, pero que apuntan a un mismo sentido de ¿ruptura¿. Por un lado, tenemos una perspectiva de corte empírico que se centra en las constantes disputas históricas, en ocasiones velada o en otras abiertas, de la relación entre los intelectuales y los lideres obreros o populares al interior de los movimientos políticos y sociales de izquierda. Ya son bien conocidas, por dar un ejemplo, las disputas internas del Partido Comunista Colombiano (PCC), en las décadas de los cuarenta, frente al obrerismo y el intelectualismo que encarnaron figuras como Augusto Duran y Gilberto Vieira, en el marco del debate sobre la influencias del Browderismo . Ruptura que, desde otra perspectiva y contexto, intentó superar Antonio Gramsci con su propuesta del intelectual orgánico y su relación con la clase obrera y el bloque histórico al cual pertenece. Por otro lado, hay una perspectiva más teórica, sobre la relación del marxismo como movimiento político y como elemento ¿científico¿ de critica social. Esta perspectiva muestra la cuerva del marxismo que, a partir de la década del 1930, aleja a los intelectuales -por ejemplo el caso de los teóricos más importantes de la Escuela de Frankfurt- con el accionar político que encabezaba la Unión Soviética. Esta ultima ¿ruptura¿, expuesta por Perry Anderson , muestra como la teoría critica se aleja de la pretensión marxista de revolución y se inserta ¿amablemente¿ en las lógicas de la universidad norteamericana y europea. Desde esta perspectiva, la hipótesis plateada para esta investigación abre la puerta a la manera como esta ruptura se dio en el campo del ¿marxismo nacional¿ y si se agenció de manera consciente.
Estado | Finalizado |
---|---|
Fecha de inicio/Fecha fin | 21/07/20 → 20/11/23 |
Financiación de proyectos
- Interna
- PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA