Detalles del proyecto
Descripción
A lo largo de la trayectoria de los estudios en el campo de la ornitología se han evidenciado marcados sesgos inherentes a los perfiles profesionales de los investigadores, los cuales han moldeado el desarrollo de sus investigaciones (Loo y Cain, 2021; Odom y Benedict, 2018; Price, 2015). Durante mucho tiempo se pensó que el canto era un comportamiento exclusivo de los machos (Langmore, 1998), respaldando lo propuesto por Darwin (1859, 1871) en donde sugiere que las hembras escuchan para seleccionar el macho más melodioso o conspicuo (female choice, sexual selection); presión que, junto con la competencia entre machos (male male compettion, sexual selection), ha dado como resultado algunos machos coloridos, y otros con cantos y repertorios muy complejos (Price, 2015; Catchpole y Slater, 2008; Kroodsma y Miller, 1996). Esta idea fue promovida por el marcado sesgo masculino de la era victoriana con el que Darwin propuso la teoría de la selección sexual, subestimando el rol de las hembras en otros contextos sociales como la atracción de pareja (Rosenthal y Ryan 2022). Sin embargo, ahora se sabe que el canto de las hembras está muy extendido, puede ser funcional y estructuralmente igual al canto de los machos y probablemente existió en el antepasado de los pájaros cantores (Odom et al., 2014; Price, 2009; Garamszegi et al., 2007; Riebel et al., 2005). Pese a que generalmente el canto de las hembras se describe como menos complejo que el de los machos (Wilkins et al., 2020), también existen ejemplos de especies en donde los parámetros se superponen entre los sexos (Heaphy y Cain, 2021, Price et al., 2008, Brunton y Li, 2006); o donde las hembras tienen cantos más complejos (Seeholzer y Gamarra, 2020, Kroodsma et al.1987) o repertorios más diversos que los machos (Illes, 2015; Illes y Yunes-Jiménez, 2009). La mayoría de las investigaciones sobre el canto de las aves se han realizado en las zonas templadas del norte (Kornreich et al., 2021; Sierro et al., 2021; Sikora et al., 2021; Hahn et al., 2013; Illes y Yunes-Jiménez, 2009; Arcese et al., 1988; Hoelzel, 1985), en donde el canto de los machos es más complejo y frecuente que el de las hembras (Moyer et al., 2022, Rose et al., 2018). En estos escenarios, se ha planteado la hipótesis de que los cantos complejos en altas latitudes se producen porque hay una mayor presión de selección sexual sobre los machos –de especies principalmente migratorias– quienes deben establecer territorios rápidamente y atraer una pareja durante una corta temporada reproductiva (Slater y Mann, 2004). Sin embargo, las historias naturales de las aves tropicales son diferentes. Se cree, por ejemplo, que ambos sexos cantan debido a desafíos asociados con el aumento de la depredación de nidos, disminución de la disponibilidad de pareja y territorios y temporadas reproductivas largas y asincrónicas (Slater y Mann, 2004). De hecho, estos patrones parecen seleccionar la monogamia y la similitud de roles entre los dos sexos (Odom et al., 2015; Price, 2009; Slater y Mann, 2004), lo cual ha sido consecuente con resultados de investigaciones en donde la similitud de roles se relaciona con la semejanza en la estructura del canto de ambos sexos (Odom et al., 2021) y que, en especies territoriales todo el año, los cantos femeninos son mucho más comunes que en regiones templadas (Odom y Benedict, 2018; Slater y Mann, 2004). En efecto, considerando la mayor biodiversidad en el trópico, el canto de las hembras puede ser la regla y no la excepción de las aves cantoras (Price, 2015). En el neotrópico, el conocimiento sobre la prevalencia del canto femenino está pobremente documentado, a pesar de que las hembras no solo producen cantos facultativos, sino que también pueden realizar exhibiciones acústicas junto con los machos para formar duetos vocales (Hathcock y Benedict, 2018; Odom et al., 2017; Odom et al., 2016; Odom et al., 2015; Templeton et al., 2013 Mindlin y Laje, 2005; Hall, 2004, 2009; Logue y Gammon, 2004; Langmore, 1998). A menudo, la funcionalidad del canto masculino se relaciona con la atracción de pareja y la defensa del territorio (Catchpole y Slater, 2008), pero dado que no se conocen cuáles son las presiones de selección que moldean los cantos elaborados en las hembras, se ha sugerido que el canto femenino es usado para múltiples propósitos, como la defensa de pareja frente a competidores del mismo sexo, la coordinación de las actividades de reproducción y la competencia por la territorialidad de recursos no reproductivos (Austin et al., 2021; Colombelli-Négrel, 2016; Odom et al., 2016; Riebel, 2003; Langmore 1998). Por lo tanto, para comprender la evolución de toda la gama de cantos complejos de las aves y los rasgos elaborados en general, es importante conocer si el canto de las hembras es moldeado como en los machos principalmente por selección sexual o, por el contrario, a través de otros procesos como selección natural o social (Odom et al., 2016; Tobias et al., 2012; Lyon y Montgomerie 2012; West-Eberhard, 1983). Las tasas y el comportamiento del canto pueden ser aproximaciones adecuadas para estimar las presiones selectivas que influyen en las especies neotropicales (Odom et al., 2016). Es plausible que fuera de la temporada reproductiva el canto medie la competencia por interacciones sociales o por recursos no relacionados con la pareja (Cain y Langmore, 2015; Tobias, Montgomerie y Lyon, 2012), mientras que, si se usa exclusivamente durante la temporada reproductiva, estaría siendo moldeado por presiones de selección sexual (Odom et al., 2016; Tobias, Brawn et al., 2012). En el clado hermano de los pájaros cantores (los suboscines) los estudios sobre el canto femenino son pocos y provienen de un pequeño número de especies de la familia Furnariidae y Thamnophilidae (Seeholzer y Gamarra, 2020). En todas estas investigaciones, las vocalizaciones femeninas elaboradas se presentan en forma de duetos y se ha sugerido que además de funcionar en la defensa del territorio y la protección de la pareja, también pueden desempeñar un rol importante en el reconocimiento de especies y como barrera de aislamiento reproductivo en suboscines del Nuevo mundo, en particular en aquellos en los que las vocalizaciones son las más usadas para la señalización (Catchpole y Slater, 2008). Particularmente, solo en dos especies de la familia de los atrapamoscas tiránidos (Tyrannidae) se ha estudiado el canto en función del sexo (Nesotriccus ridgwayi y Myiarchus tuberculifer) y se ha reportado que las hembras tienen repertorios vocales más diversos, vocalizan más que los machos y son quienes, la gran mayoría de las veces, comienzan los duetos (Seeholzer y Gamarra, 2020; Kroodsma et al., 1987). Esto sugiere que los roles de comportamiento en las vocalizaciones de ambos sexos de esta familia de atrapamoscas pueden no ser los observados en la gran mayoría de especies en donde los machos comienzan el dueto y son quienes tiene cantos más complejos o una mayor producción vocal (Seeholzer y Gamarra, 2020; Hall, 2009). Sin embargo, ningún estudio ha descrito y evaluado la variación en las tasas del canto de hembras y machos de atrapamoscas tiránidos en temporadas de reproducción y no reproducción. Teniendo en cuenta que la diversidad de atrapamoscas es muy alta en el neotrópico, y en Colombia es bastante notorio que son especies muy activas vocalmente (Hilty & Brown 2001), el presente estudio tiene como objetivo evaluar la función de las vocalizaciones especificas por sexo de Pitangus sulphuratus (bichofué) y Myiozetetes cayanensis (atrapamoscas alicastaño) en diferentes contextos con el fin de brindar información sobre la función y las presiones que actúan sobre ambos sexos. Los atrapamoscas son pájaros subóscinos y corresponden a uno de los modelos biológicos más interesante para estudios relacionados con la evolución de las señales acústicas, debido a que presentan cantos simples, repetitivos y responden intensamente a la reproducción (Derryberry et al., 2018; Tobias, Brawn et al., 2012). Aun así, la falta de información sobre el comportamiento vocal femenino en estas especies y al tratarse de un grupo ampliamente monomórfico en donde ambos sexos defienden territorios, se ha llegado a asumir que todos los cantos son producidos por los machos, limitando el análisis de los patrones evolutivos en la variación vocal de las aves (Derryberry et al., 2018; Price, 2015; Price et al., 2008). Tal vez, el hecho de ser especies monomórficas haya generado esta falta de interés y precisión a la hora de documentar el rol de la hembra en la producción de señales acústicas. Se plantea la hipótesis de que ambos sexos en estas especies están involucrados en la producción de cantos y que, posiblemente, la hembra es quien tiene un papel protagónico en los duetos y la defensa acústica de su territorio. Entender cuáles son las similitudes y/o diferencias en el canto de ambos sexos de atraamoscas tiránidos en diferentes contextos y temporadas es un pregunta interesante cuya respuesta yace en los sistemas tropicales.
Estado | Activo |
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Fecha de inicio/Fecha fin | 23/01/23 → 23/07/25 |
Palabras clave
- Canto femenino
- Comportamiento vocal
- Comunicación animal
- Neotrópico
- Repertorio vocal
- Tyrannidae
Estado del Proyecto
- Sin definir
Financiación de proyectos
- Interna
- Pontificia Universidad Javeriana