Detalles del proyecto
Descripción
La relación entre ayuda official al desarrollo (AOD) y política no es una cuestión nueva. Como subrayan Carothers y De Gramont (2013), la AOD es y ha sido inevitablemente política desde el comienzo del sistema de cooperación. Los donantes han utilizado la ayuda con fines políticos y sus acciones, aun supuestamente apolíticas, han tenido efectos políticos en los países receptores. Sin embargo, a pesar de estas implicaciones políticas, el discurso dominante en la cooperación, ha ido desarrollando un perfil cada vez más despolitizado (Ferguson, 1990). Se ha adoptado una lógica inspirada en el mercado, que piensa en términos de proveedores, clientes y productos del desarrollo (Quarles van Ufford y Giri, 2003; Parker, 2002; Dart, 2004). Las agencias y organizaciones de desarrollo recurrirían a la metáfora de la empresa que produce bienes y servicios, teniendo como temas centrales la eficacia, la eficiencia, los recursos y la estrategia (Maier y Meyer, 2011). Se impone lo que se ha denominado ¿gerencialismo¿ en el desarrollo (Mowles et al., 2008; Mosse, 2005; Wallace et al.,2007), por el que todas las problemáticas del desarrollo serían así reducidas a ¿simples y asépticas cuestiones técnicas y de gestión¿ (Wallace et al., 2007: 2). Este proceso ha recibido abundantes críticas por considerarse parte de una agenda que en último término es política e ideológica (Meyer et al., 2012; Parker, 2002). Esta aproximación tecnocrática a la cooperación y el desarrollo podría haber contribuido a imponer la lógica y visiones occidentales y a socavar las formas y culturas vernaculares (Dar and Cooke, 2008; Mawdsley et al., 2002). Según los críticos, este proceso habría afectado también fuertemente a la acción de las organizaciones que trabajan en el marco de la cooperación, y particularmente a las ONGD, que habrán ido perdiendo el perfil más político y activista que habrían tenido en el pasado (Choudry y Shragge, 2011; Fowler, 1998; Pearce, 2010). En este sentido se piensa que estas habrían desarrollado un perfil tecnocrático y despolitizado, en la medida en la que habrían ido alineando sus prácticas con las exigencias de los donantes, y asumiendo los discursos dominantes. Sin embargo, y concretamente a partir de los fuertes debates sobre el sentido de la cooperación en el marco de la actual crisis financiera, social y política, estas reflexiones han tomado un creciente protagonismo en el sector de las ONGD. En este ámbito se ha empezado a destacar, de manera crítica, la relación entre la excesiva tecnocratización de las organizaciones con la falta de capacidad de análisis y comprensión políticas y la construcción de narrativas alternativas al modelo vigente de desarrollo y a las políticas de cooperación (Plataforma 2015, 2011). Se constata un interés creciente en el sector por cuestionarse sobre la necesidad de una repolitización consciente de sus prácticas, preguntarse qué significa ser y trabajar de manera política, reflexionar acerca de su rol y de la importancia de tomar posiciones para avanzar en una determinada agenda de cambio. En este trabajo se partió de la premisa de que existen ya abundantes experiencias en nuestro entorno, de ONGD y otros actores sociales que llevan tiempo relacionándose, posicionándose y actuando de manera conscientemente política en el marco del sistema de cooperación al desarrollo. Esto es verificable en el caso de las relaciones que se establecen entre organizaciones españolas y organizaciones colombianas, en un contexto como el colombiano, caracterizado por el deterioro del conflicto armado, político y social en las últimas dos décadas (Sañudo, 2013), pero en el cual encontramos una sociedad civil fuertemente organizada y estructurada que ha realineado sus discursos en torno al tema de la paz con justicia social (Sañudo, 2013; McGee, 2010), incorporando de manera directa o indirecta una amplia agenda de reivindicación de derechos (Sañudo, 2013). Estas relaciones y en este contexto determinado nos ayudan a discernir sobre la existencia de relaciones conscientemente políticas en el marco de la cooperación, lo que podemos llamar una ¿cooperación política¿. De acuerdo con lo anterior para el desarrollo de este trabajo de investigación se abordaron casos de alianzas que vinculan a organizaciones colombianas y del Estado español. Se trata de experiencias en las que se establecen relaciones conscientemente políticas entre los distintos actores sociales implicados. Podemos definirlas como de ¿acompañamiento político¿ (McGee2010, Pearce, 2010), en las cuales los actores del Norte buscan fortalecer a actores del Sur y sus agendas de reivindicación de derechos, en base a la reciprocidad y la solidaridad política (Bringel et al., 2008) y en compromisos de largo plazo. Se abordaron estos procesos de cooperación política tratando de rastrear su contribución a la construcción de una ciudadanía global radical y a la emergencia de aprendizajes para la acción social que estructuran tal ciudadanía. Desde estas ideas, planteamos las siguientes preguntas en la investigación: ¿Cómo emergen en los casos de estudio elementos característicos de lo que podemos considerar como una cooperación conscientemente política? ¿Cómo desde estos procesos de cooperación conscientemente política emergen procesos relativos a una ciudadanía global radical¿. ¿Qué aprendizajes relevantes para la construcción de una ciudadanía global radical se producen en estos procesos?
Estado | Finalizado |
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Fecha de inicio/Fecha fin | 15/11/12 → 14/02/14 |
Financiación de proyectos
- Interna
- PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA