En este proyecto se propone elaborar una serie de reflexiones críticas interdisciplinarias y transhistóricas en torno a las representaciones, sentidos simbólicos y estéticos que ha cobrado la naturaleza a lo largo de distintos periodos de tiempo y geografías, y a partir de una lectura de textualidades que se pueden considerar como literatura. Principalmente, el trabajo parte de una serie de reflexiones surgidas de las teorías posthumanistas, las teorías poscolonialistas, decoloniales y los estudios ecocríticos latinoamericanos, desde las cuales se pueden trazar coordenadas de las dinámicas, pero también de las tensiones, vacíos, contradicciones y porosidades de la historia de lo considerado ¿humano¿ en tensión con lo considerado como ¿no humano¿ (animales, plantas, minerales, paisajes, etc.). Nos interesa, principalmente, la generación de diálogos en ámbitos radicalmente disímiles temporal y espacialmente, pensando en la capacidad de los anacronismos como una manera fértil de producción de constelaciones de sentido. En cuanto a nuestra valoración positiva de los anacronismos, nos arriesgamos en este proyecto a un estudio disruptivo de las continuidades normativas temporales y, como lo proponen Jonathan Goldberg (1996;2005) y Carla Freccero (2006) en sus estudios historiográficos alrededor de las disidencias de género y sexualidades en la Pre-Modernidad y Modernidades Tempranas, parte de esa disrupción (que ellos proponen como una manera de cuiorizar la historia y su interpretación) consiste en (¿) to challenge the notion of a determinate and knowable identity, past and present (¿). To queer the Rennaissance would thus not only mean looking for alternative sexualities in the past but also challenging the methodological orthodoxy by which past and present are constrained and straitened; it would mean resisting the strictures of knowability itself and whether those consist of an insistence on teleological secuence or textual transparency (Goldberg, 2005, 1609). Por su parte, consideramos la producción de constelaciones de sentido desde una propuesta principalmente benjaminiana entendida como una metodología y propuesta de lectura en las que los objetos de estudio (obras literarias) y las interpretaciones que pueden derivar de allí son de naturaleza cambiante e inestable: ¿to look from the earth into the sky in order to `read¿ the positions of the stars to one another, the constellations, is to become a relative observer in relation to an investigative object that is continually shifting¿ (Krauß, 2011, 439). Así mismo, esta metodología ¿sideral¿ (y que explicaremos como metodología de trabajo más adelante) entiende el ejercicio de lectura como un aspecto fenomenológico donde precisamente se perciben los alcances limitados de la producción del conocimiento, al tiempo que se reconocen y desestabilizan las epistemologías de distintos enfoques disciplinarios con el fin de generar diálogos: ¿from this perspective, discontinuous scientific representation (Darstellung) transposes a disciplinary conflict, or one might say: the `inter-disciplinarity¿ negotiation of discursive validity claims¿ (Krauß, 2011, 441). A partir de estas consideraciones conceptuales y metodológicas, pretendemos investigar sobre dos momentos en los que se desbordan las formas hegemónicas pre-modernas y post-modernas de lo natural: la literatura del periodo medieval europeo de los siglos XII a XIV y la literatura latinoamericana contemporánea. Nuestro interés es precisamente dar cuenta de momentos que se encuentran antes o después de la configuración de lo natural y la cultura de la modernidad. Ya en su Dialéctica de la ilustración, Theodor Adorno y Max Horkheiner identificaban precisamente esta división naturaleza/cultura como uno de los momentos iniciales de la Ilustración europea (Adorno y Horkheimer 62¿69). Sin embargo, pensamos esta relación en un diálogo con propuestas teóricas más recientes, en las que el cuestionamiento de esta separación no se presenta únicamente como producto de una transformación histórica en la que la modernidad la ha reemplazado como creencia arcaica, sino que se presenta como una entre varias formas de ordenamiento del mundo, cargadas de contemporaneidad. El antropólogo Philippe Descola propone una breve historia de las humanidades europeas en la que describe cómo, desde la Ilustración, los pensadores occidentales (o, como él los llama, los ¿Modernos¿) examinaron culturas ¿bárbaras¿ para describir la manera en que se relacionaban con la naturaleza, dando por sentada la universalidad de los presupuestos sobre los que fundamentaban su propia relación con esta. Para Descola, la división entre naturaleza y cultura que subyace al pensamiento científico y racional occidental (que él llama ¿naturalismo¿), división que se ha extendido hasta las ciencias sociales, descansa sobre una definición de lo humano que no es universal y que debe ser a su vez examinada y sometida a crítica (Descola, Beyond Nature, xvi¿xvii). La cuestión es que la idea misma del ser humano, entendido no únicamente como una especie más en la naturaleza, sino como un ser esencialmente diferente de esta, es en realidad solo una posibilidad de pensar esta relación. Así, cuando se examinan otras formas de pensar la naturaleza/cultura, no se debe asumir como verdadera la división entre humano y no humano dominante en el pensamiento occidental moderno. El proyecto se enfoca entonces en rastrear dos movimientos en tensión entre naturaleza y cultura con respecto a la construcción de estéticas de la naturaleza y del habitar en ella. En primer lugar, se reflexiona sobre la manera en que se conforma estéticamente la idea hegemónica de la naturaleza: bien como una fuerza hostil que debe ser superada, o como una potencia de lo domesticado productivo, cuyo habitar solo es posible desde la dominación humana. En segundo lugar, se enfocan las instancias en que los textos representan o ponen en práctica formas de relación con el entorno que no operan bajo estas lógicas de separación-destrucción-dominación de lo natural, sino que exploran formas de continuidad con lo animal y vegetal. Todo lo anterior con el fin de hacer revisiones críticas de la literatura y sus representaciones de la naturaleza, y de pensar en lecturas alternativas que permitan asumir unas dinámicas relacionales más amables e inclusivas, es decir, relaciones que disienten de una postura antropocéntrica, donde el ser humano actúa desde una superioridad para someter y explorar recursos naturales y pueblos considerados como ¿otros¿ desde una teleología divina y/o capitalista. Para darle un inicio al proyecto se propone hacer un estudio de la representación literaria de la naturaleza y la violencia a partir de, por un lado, dos textos medievales (siglos XII a XIV) correspondientes a dos romances del ciclo artúrico (Tristán e Iseo de Béroul y Sir Gawain y el caballero verde); es decir, textos anteriores a la solidificación de la modernidad global eurocéntrica; por otro lado, de textos latinoamericanos contemporáneos (La mucama de Omicunlé (2016) de Rita Indiana, y Elástico de sombra (2019), de Juan Cárdenas), es decir, de textos que intentan situarse por fuera del proyecto moderno en lo que concierne a la consciencia de las consecuencias ambientales de la modernidad. En el abordaje de estos textos, se propone revisar nociones estéticas como el paisaje, la continuidad interespecies y la consciencia de lo animal. Específicamente, cómo la narración o poetización de sujetos que buscan o habitan espacios de lo trascendente, lo divino o lo sobrenatural, redefinen nociones y estéticas del cuerpo humano, de lo animal o vegetal, y abren posibilidades de reconfiguración de estéticas de lo natural. Proponemos entonces analizar la relación entre estas formas de concebir el sujeto y la posibilidad de pensar nociones estéticas íntimamente ligadas al modo en que se concibe la relación naturaleza-cultura. Para ejemplificar algo de lo dicho, se puede pensar cómo en las obras medievales escogidas y asociadas a lo que se ha llamado el ciclo artúrico se pueden percibir algunas relaciones, comportamientos o incluso ejercicios críticos sobre cómo el hombre se relaciona con la naturaleza. Así, las representaciones literarias de personajes o lugares naturales que aparecen en relación con los protagonistas de las obras ya evidencian un afianzamiento de lo que luego serán las relaciones de poder verticales, extractivistas y violentas impuestas por los imperios europeos en América. Un elemento común que aparece en ambas obras tiene que ver con el ejercicio de la cacería y las maneras en las que los personajes se involucran con los seres animales. En el caso de la obra de Béroul, los famosos amantes Tristán e Iseo, ante la persecución del rey Marco por su adulterio, deciden fugarse y vivir en el bosque de Morrois. Allí, terminan por encontrar refugio para su amor a la vez que intentan sobrevivir a través de la cacería que Tristán emprende. Durante la estancia en Morrois, el narrador cuenta cómo el perro lebrel de Tristán, Husbent, escapa del palacio del rey Marco para poder reunirse con su amo. Sobre el perro, el narrador resalta su absoluta fidelidad y capacidad para ser adiestrado, lo que evidencia cuáles serían las cualidades de un perro ideal. Cuando finalmente el perro encuentra a Tristán en el bosque (y después de haber saltado de un acantilado y romperse una pata), este último piensa matarlo, ya que teme que Husbent revele el paradero de los amantes con sus ladridos. Sin embargo, entre los amantes se decide que el perro se quede y les ayude a cazar, pero con la condición de que ¿(¿) cambiase su ladrido por silencio¿ (Béroul, 124). Así, cada vez que el perro encuentra una presa y ladra, Tristán lo golpea, de modo que el perro pronto aprende la lección. Este pasaje puede leerse como la expresión de posibles expectativas y servicios que espera el hombre de los seres naturales, hasta el punto en que Husbent termina po