Detalles del proyecto
Descripción
La población se organiza en hogares que ocupan viviendas producidas, adquiridas y ocupadas de maneras específicas según un conjunto de condiciones propias del sistema residencial al que corresponden (Boelhouwer, 1993). Este concepto aborda las relaciones entre oferta y demanda residencial, considerando que se producen en contextos específicos en términos político/institucionales, territoriales, históricos y económicos. Enfocar la atención en la oferta residencial implica profundizar en las características (calidad, tipo y tamaño, por ejemplo) de las viviendas, que marcan unas condiciones específicas de calidad de vida; así como ahondar en los mecanismos de producción y la localización de las mismas. Usualmente, este componente explora cómo las dinámicas del mercado inmobiliario, en interacción con el ejercicio regulatorio de las políticas estatales, producen una distribución de residencias de ciertos tipos en el territorio. En buena parte de los países latinoamericanos, una alta proporción de la oferta residencial se produce bajo la lógica de la informalidad urbana, entendida como un conjunto de irregularidades en materia de derechos: irregularidad urbanística, irregularidad constructiva e irregularidad en relación con el derecho de propiedad de la tierra (Abramo, 2012). En Bogotá, por ejemplo, la mayor parte de la periferia sur ha sido ocupada informalmente, en localidades como Ciudad Bolívar, Usme, Bosa, y otras del norte, como Suba y Usaquén, donde entre las décadas de 1980 y 2000 se concentraron numerosos asentamientos de este tipo (Camargo y Hurtado, 2013). Un dato importante para evidenciar la vastedad y lo reciente de esta forma de urbanización, consiste en decir que el 70% de la producción residencial del período intercensal 1993 -2005 se produjo a partir de nuevas viviendas, subdivisiones o transformaciones en asentamientos informales (Camargo y Hurtado, 2013). Aunque con el tiempo ha disminuido el suelo disponible para este tipo de urbanización, aún siguen registrándose algunos desarrollos urbanos informales en Bogotá. Como consecuencia, de esta forma de urbanización, que con el paso del tiempo puede haber sido incorporada dentro de las áreas formales, a partir de procesos de legalización agenciados por el Estado, se generaron entornos urbanos de baja calidad residencial y urbana, con escasez de infraestructura y planeación, así como problemas de seguridad jurídica. Este fenómeno se ha dado como consecuencia del aumento de la demanda residencial y el desajuste de la misma con los sistemas de acceso a la vivienda, altamente excluyentes para las poblaciones de menores ingresos, usualmente vinculadas a mercados laborales también informales. Sin embargo, algunos estudios (Abramo, 2003) han demostrado que, de hecho, una parte de los que recurren a esta forma de vivienda podrían acceder al mercado formal, pero no lo hacen debido a ventajas producidas por la ¿libertad urbanística¿ generada en este tipo de oferta. Esta última permite el acceso a lotes más grandes, y se basa en procesos autoconstructivos y de desarrollo progresivo, que ofrecen opciones distintas y más atractivas que contar con una vivienda terminada, como construirla por etapas, en función del flujo de los ingresos y necesidades del hogar, y posteriormente subdividirla y poner a rentar algunas de sus partes. Lo anterior, nos sitúa en el plano de la demanda residencial, conformada por una población con características demográficas específicas en términos de tamaño y estructura, dinámicas migratorias y características socioeconómicas y culturales. Dentro de este campo, en el estudio de los sectores urbanos de origen informal ¿aún después de los procesos de legalización-, se ha explorado poco la forma en que la población se organiza para ocupar las viviendas, la cual presenta particularidades a raíz del alto dinamismo y la mutabilidad de la infraestructura producida. Esta característica de las viviendas altamente pertinente y ventajosa en función de las condiciones de precariedad económica y altas necesidades de apoyo familiar presentes en este tipo de poblaciones, en suma, con comportamientos demográficos y de conformación del hogar específicos. El conocimiento de las características de los hogares, su composición y las lógicas que subyacen a las diversas formas de convivencia al interior de la vivienda, nos sitúa en el campo de estudio de los arreglos residenciales, que se refieren a la forma en que las personas organizan su vida doméstica, económica y afectiva para sobrevivir, generando formas de relacionamiento específicas (Pilon, 2004). Los arreglos residenciales se explican por la combinación entre las condiciones económicas, sociales y culturales, variables según la complejidad de la vida social en lugares y momentos determinados. Por ello, su estudio también nos aproxima al conocimiento de las formas de vida familiares, aunque es necesario partir de la diferenciación entre los conceptos de hogar y familia, ya que el primero se refiere a una unidad económica y residencial, mientras que el segundo se refiere a una unidad biológica, social y jurídica que excede el límite de la convivencia. Sin embargo, el hogar no sucede al azar, sino que es una forma de agrupamiento de individuos que se reúnen para convivir cotidianamente durante algún tiempo, por lo que es el reflejo de una realidad social y una vivencia personal. Por lo general, los lazos familiares condicionan los arreglos residenciales. En ese sentido, el hogar es una situación que puede coincidir con la familiar y económica. (Jaramillo, 2017). Con la idea subyacente de que las condiciones y características de la vivienda afectan los comportamientos demográficos (Mulder, 2006) y familiares de una población, se pretende conocer cómo son los arreglos residenciales en las zonas desarrolladas informalmente de Bogotá, buscando analizar los patrones de hacinamiento, complejidad y tamaño de los hogares, convivencia intergeneracional, emancipación y la relación con las prácticas de nupcialidad y fecundidad. El análisis de las dinámicas familiares y de corresidencia en la informalidad aportará elementos para caracterizar los sistemas de apoyo y solidaridad que se crean para que, tanto las personas como sus familias, puedan superar las adversidades que se presentan en cuanto a salud, economía y bienestar emocional. Estos elementos son de uso potencial en el diseño de las viviendas sociales formales, como también en la intervención de los sectores informales, desde programas de mejoramiento que busquen atender una demanda focalizada de bienes y servicios sociales y urbanos, como aquellos que complementen el sistema de bienestar familiar.
Estado | Finalizado |
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Fecha de inicio/Fecha fin | 01/02/19 → 31/01/20 |
Financiación de proyectos
- Interna
- PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA