Caracterización de las prácticas educativas de docentes universitarios que favorecen la producción creativa en estudiantes de pre-grado de la Pontificia Universidad Javeriana.

Proyecto: Investigación

Detalles del proyecto

Descripción

Las últimas décadas del siglo XX y lo que va corrido del XXI, han sido testigos de un creciente interés por la creatividad. La atención que se le ha venido prestando ha sido motivada, de una parte, por las profundas trasformaciones sociales, económicas y culturales, propias de la era de la globalización; y, de la otra, por las características particulares de la sociedad de la información y de la sociedad del conocimiento (Krüger, K., 2006). En tal medida, factores tales como la necesidad de dar respuesta a problemas históricamente heredados y a nuevos desafíos, la exigencia de innovar en los diversos campos del quehacer humano y la rapidez con la cual se dan a conocer las creaciones científicas, tecnológicas y artísticas, alimentan la preocupación por comprender y promover el acto creador (Gardner, H., 2005). Este interés por el tema ha generado que los estudios sobre la creatividad hayan tomado un nuevo aire; lo que ha permitido superar muchos de los obstáculos que impedían convertirla en objeto de reflexión e indagación (Parra, J., Marulanda, P., Gómez, F. y Espejo, V., 2005). Entre los impedimentos que constreñían su estudio cabe mencionar por relevantes los siguientes: en primer lugar, las falsas creencias que consideraban a la creatividad como un talento de origen místico o como una capacidad que era propiedad de solo unos cuantos afortunados (Boden, M., 1994). En segundo lugar, las posturas sesgadas que hacían inviable una aproximación interdisciplinaria a un fenómeno que, como ahora se sabe, no agota su comprensión en las explicaciones de orden psicológico, sino que, por el contrario, requiere para su cabal entendimiento del concurso de diversas disciplinas, ya que se ha reconocido que el acto creador está histórica y socialmente situado, y económica y tecnológicamente demarcado. El último gran obstáculo que se ha venido superando tiene que ver con la presunción errónea de que la creatividad es un elemento aislado de las demás capacidades humanas. Desde diferentes perspectivas teóricas, diversos autores han concluido que la capacidad creadora humana está indisolublemente ligada a todo el complejo entramado de facultades mentales y desempeños prácticos que la convierten en uno de los logros evolutivos más relevantes de la especie humana. Edgar Morín (1999), en varias de sus obras, advierte que en la creatividad reside gran parte de la riqueza del género humano y que de la exploración de las aptitudes aún desconocidas de la creatividad y de la inteligencia cabe esperar posibilidades de mejoramiento y transformación para las sociedades. De acuerdo con todo lo anterior, resulta evidente el papel crucial que le corresponde a la educación frente a su desarrollo y fomento. Pues la capacidad creadora se apoya en procesos mentales que todos los seres humanos poseen y en el conocimiento experto que se pueda tener en uno o varios campos del saber, cualesquiera que estos sean. Factores, ambos, sobre los que la educación puede incidir de forma directa. De igual manera, a las instituciones educativas corresponde la tarea de encauzar la capacidad creadora de las personas no solo hacia la esfera científico-tecnológica, sino también hacia las esferas de lo social y lo cultural, donde podría contribuir a solucionar problemas acuciantes y a resignificar el horizonte de la actividad humana. A pesar de lo mencionado, todavía hace falta determinar con mayor claridad la naturaleza del acto creador; explicar mejor los procesos cognitivos, sociales y culturales que intervienen en su formulación y las relaciones que se establecen entre estos y las condiciones históricas e institucionales donde hace su aparición. Sin embargo, estas carencias en realidad son el acicate indispensable para continuar con la labor emprendida desde hace unas pocas décadas, por muy diversos investigadores. Interrogarse por las condiciones culturales e institucionales que fomentan el desarrollo del pensamiento creativo, obliga a pensar en el espacio privilegiado en que se constituye la educación superior para el logro de la invención, el descubrimiento y la innovación; ya que, por un parte, se exige de ella contribuir con el avance científico, social y artístico; y, por otra, los saberes que en ella se construyen y circulan obligan a pensar en el rol fundamental que deben desempeñar docentes y estudiantes: en tal medida, el desarrollo de la capacidad creadora debe considerarse condición sine qua non para el ejercicio docente. Un educador debe estar en la capacidad de hacer frente a los más diversos problemas de índole pedagógica y académica, en procura de resolverlos en atención a las necesidades de los estudiantes y de su proceso formativo; pero también, debe ser labor del maestro asegurar el fomento del pensamiento creador en sus alumnos. En la actualidad múltiples autores como Fairweather (2002) han cuestionado el rol del docente universitario y los elementos que lo componen, mostrando como en muchas oportunidades la productividad académica es valorada únicamente en la esfera de la producción investigativa. Sin embargo sus esferas de producción no deberían restringirse a ella, sino permear la esfera de la docencia. Esto invita a las universidades a reconocer el papel del docente en la producción que sus estudiantes generan a partir de sus prácticas de aula (Bell, Neary, & Stevenson, 2009; Fanghanel; 2011). De esta manera en las últimas décadas y en la actualidad esta temática ha sido objeto de investigaciones y debates (ver por ejemplo Fox, 1992; Hilton, Fisher, López, y Sanders, 1997; García-Cepero, 2007; 2010; Carey, 2013; Malcolm, 2014) posicionándose como un tema pertinente y oportuno para ser abordado por la Universidad Javeriana y demás universidades del país y la región. En consonancia con todo lo expuesto, la presente investigación pretende contribuir al develamiento de los elementos que en el ámbito de la educación superior contribuyen a la formación del pensamiento creativo de los estudiantes, a partir de comprender cómo las prácticas educativas de docentes universitarios generan producción creativa en sus estudiantes, de forma tal que dicha producción trasciende el trabajo de aula y se extiende a los campos de la vida profesional y social de los educandos. En tal medida, la pregunta que guía el proyecto es: ¿Qué elementos de las prácticas educativas de los docentes universitarios favorecen la generación de producción creativa ¿auténtica¿ por parte de los estudiantes? Cabe señalar que este proyecto se inscribe en el marco de las actividades desarrolladas por el grupo de investigación Aprendizaje y sociedad de la información (clasificación A1 en Colciencias) y, en particular, en su línea de investigación en Desarrollo cognitivo, creatividad y talento. Este grupo nutre el quehacer del Eje 3: Sociedad de la información, comunicación y procesos socio-educativos, del Doctorado interdisciplinario de Ciencias Sociales y Humanas de la Pontificia Universidad Javeriana. Además de lo mencionado, el presente proyecto está relacionado con la tesis doctoral del co-investigador Félix Antonio Gómez Hernández, quien en su disertación espera diseñar e implementar un modelo para el desarrollo del pensamiento creativo en la educación terciaria, para la obtención del título en el Doctorado interdisciplinario de Ciencias Sociales y Humanas de la Pontificia Universidad Javeriana.
EstadoFinalizado
Fecha de inicio/Fecha fin15/10/1510/10/19

Financiación de proyectos

  • Interna
  • Vicerrectoría de Investigación
  • PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA