Detalles del proyecto
Descripción
El Archipiélago de Bocas del Toro es un conjunto de islas ubicadas en el Caribe de Panamá que contiene una alta diversidad biológica marina asociada a los ecosistemas marino-costeros que se distribuyen a lo largo de la región (Guzmán y Guevara 1998; Guzmán y García 2002; D'Croz et al. 2005). La presencia de la única población residente de delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) en el sur-este del Caribe como predador tope, es un indicador de la calidad y la salud de los ecosistemas presentes en el Archipiélago (May-Collado et al. 2012). Esta alta diversidad marina también provee a las comunidades locales del recurso piscívoro como una de las principales fuentes locales de consumo en la región (Seemann et al. 2013). Sin embargo, la zona ha sido impactada por varias actividades antropogénicas que han afectado las condiciones ambientales y por tanto la presencia de peces de gran tamaño en la zona, especialmente en el sector de Bahía Almirante, donde se ubica el puerto local (Seemann et al. 2013). La industria bananera, una de las más importantes de la región, genera contaminación de metales pesados asociada a la irrigación proveniente de pesticidas, así como a los buques de carga que transportan el banano en el puerto (Berry et al. 2013). Adicionalmente, la sedimentación ocasionada por la pluma del Río Changuinola, puede ser fuente de metales en la región (Guzmán y Jiménez 1992; Guzmán y García 2002), así como los asentamientos humanos ubicados principalmente en la Isla Colón y la Bahía Almirante (Seemann et al. 2013). El turismo no regulado de observación de delfines puede generar también contaminación asociada al excesivo número de botes que se transportan en la zona y liberan partículas de metales pesados en el agua, particularmente en la Bahía Bocastorito, área donde se concentran las actividades de turismo (May-Collado et al. 2012; 2015; May-Collado y Quiñones-Lebrón 2014; Kassamali-Fox et al. 2020; Pérez-Ortega et al. 2021). Estudios de contaminantes en el Archipiélago han reportado niveles moderados de mercurio en sedimentos y corales, particularmente en la Bahía Almirante (Guzmán y Jiménez 1992; Guzmán y García 2002; Berry et al. 2013). Adicionalmente, se han reportado concentraciones de mercurio en la piel de los delfines nariz de botella, los cuales se distribuyen a lo largo del Archipiélago (Barragán-Barrera et al. 2019). Este elemento se está biomagnificando en la red trófica marina, reflejando las concentraciones más altas en los delfines como predadores tope, lo cual implica un riesgo potencial para su salud a largo plazo (Barragán-Barrera et al. 2019). Estos datos generan una alarma en la población local, dado que se pueden extrapolar a los humanos que también son predadores tope, y potencialmente consumen las mismas presas que los delfines (Barragán-Barrera et al. 2019), lo cual podría causar efectos adversos en la salud de las personas a largo plazo. Los riesgos a la exposición por mercurio por consumo a largo plazo son diversos, y están asociados a efectos sistémicos, inmunotóxicos, genotóxicos, cancerígenos, teratogénicos, y a defectos del sistema nervioso central, problemas cardíacos y daño renal (Bhan y Sarkar 2005), particularmente en crías pequeñas o en proceso de gestación (Frodello et al. 2002; Bhan y Sarkar 2005). Bajo este contexto, y teniendo en cuenta el rol indicador de los delfines nariz de botella en Bocas del Toro, se propone evaluar el estado de salud y las concentraciones de mercurio en 200 muestras de peces que fueron colectadas en tres regiones del Archipiélago de Bocas del Toro, definidas previamente según el nivel del impacto antropogénico, con el fin de determinar si existen diferencias entre las zonas de muestreo asociadas al deterioro ambiental. Estas zonas incluyen, por orden de alto a bajo impacto, las siguientes localidades: 1) la Bahía Almirante, laguna marina semi-cerrada ubicada al norte del Archipiélago, influenciada por condiciones oceánicas a través del canal de Bocas del Drago, pero altamente impactada por actividades antropogénicas asociadas principalmente al puerto local; 2) la Bahía Bocastorito, laguna semi-cerrada no influenciada por aguas oceánicas, rodeada de bosque de manglar y en la cual se concentran las actividades de turismo; y 3) Cayo Coral, conjunto arrecifal localizado al sur del Archipiélago y expuesto a condiciones oceánicas (D'Croz et al. 2005; Guzmán et al. 2005; Berry et al. 2013; Seemann et al. 2013; May-Collado et al. 2012; 2014; 2015; 2019; Barragán-Barrera et al. 2019; Kassamali-Fox et al. 2020; Pérez-Ortega et al. 2021). Adicionalmente, se pretende evaluar el estado de salud de los especímenes colectados, a través del uso de índices de condición física, que incluyen el hepatosomático, gonadosomático, de salud o plenitud, y el factor de condición de Fulton. Finalmente, se va a evaluar el riesgo potencial en la salud humana por consumo de mercurio, el cual no debe superar los 500 μg/kg ww según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés para Food and Agriculture Organization) y la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés para World Health Organization), a través del cociente de riesgo no-carcinogénico, la estimación de consumo semanal, y el consumo semanal tolerable recomendado por el Comité Internacional de Expertos en Productos Alimentos (JECFAM por sus siglas en inglés para Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives) (US EPA 1989; Vieira et al. 2011; FAO/WHO 2011; Mohammed and Mohammed 2017). Toda esta información junta tendrá un gran impacto a nivel local e incluso regional, ya que proveerá información acerca del estado de salud y conservación de los peces en una región del Caribe aparentemente saludable como es el Archipiélago de Bocas del Toro, así como de las condiciones ambientales en la zona, y proveerá información relevante sobre el impacto potencial de la contaminación en la salud de las comunidades locales. Como las muestras de peces ya han sido colectadas en el Archipiélago de Bocas del Toro (200 muestras en total), bajo el marco del proyecto “Estado de salud de los delfines de Bocas del Toro: isótopos, presas y contaminantes”, y cumpliendo con las normas éticas relativas al bienestar animal descritas en la metodología, durante el año de contratación de la investigadora postdoctoral, la Dra. Dalia C. Barragán-Barrera se encargaría de realizar los análisis correspondientes descritos en la metodología que permitan evaluar las concentraciones de mercurio, el estado de salud de los peces y los riesgos para la salud por consumo de mercurio en los seres humanos. De esta manera, con este estudio se pretende dar continuidad al único esfuerzo de investigación sobre bioacumulación de mercurio en los delfines nariz de botella realizado en Panamá (Barragán-Barrera et al. 2019), estudio en el cual la profesora Andrea Luna participó con afiliación Pontificia Universidad Javeriana. Adicionalmente, los resultados obtenidos serán socializados a la comunidad local en Bocas del Toro y contribuirán a los intereses de conservación del Convenio Minamata, brindando un mecanismo para enfrentar la problemática mundial relacionada con la bioacumulación del mercurio y sus efectos toxicológicos en la salud ambiental y humana. Es muy importante que la Pontificia Universidad Javeriana, y en especial el Instituto Javeriano del Agua, sean considerados como referentes nacionales e internacionales para este tipo de problemáticas ambientales. La presente investigación se configura también como una excelente alternativa para vincular estudiantes de pregrado y posgrado de semilleros de investigación de la Pontificia Universidad Javeriana, tales como el semillero Aquasistemas liderado por la profesora Andrea Luna Acosta, como una plataforma de investigación científica de alto impacto social. Dado el enfoque colaborativo de este estudio a nivel internacional, que incluye tanto instituciones en Panamá (Fundación Panacetacea) como en Colombia (Universidad de los Andes y Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano), este estudio pretende ser una excelente alternativa para la convocatoria de la Vicerrectoría de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana. Como investigadora asociada al Laboratorio de Ecología Molecular de Vertebrados Acuáticos de la Universidad de los Andes, del CIOH y de la Fundación Macuáticos Colombia, la Dra. Dalia C. Barragán-Barrera, quien será la co-investigadora postdoctoral del proyecto, ha liderado proyectos de investigación, conservación y educación ambiental en Caribe, Pacífico colombiano e incluso la Antártica, ha dirigido varias tesis de pregrado, ha trabajado con comunidades afrocolombianas e indígenas, ha conseguido financiación para desarrollar trabajo de investigación, y ha presentado resultados de sus investigaciones en publicaciones y eventos tanto científicos como divulgativos a nivel nacional e internacional. Adicionalmente, la Dra. Barragán-Barrera cuenta con experiencia en el trabajo y análisis de concentraciones de mercurio, teniendo el apoyo de investigadores de la Université de La Rochelle (Francia). Además, cuenta con varios años de experiencia de trabajo en la región de Bocas del Toro, teniendo el apoyo de las comunidades locales, el canal local “Cable Chicho”, y el Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales con sede en Bocas del Toro. De esta manera, la Dra. Barragán-Barrera actuará como puente entre los investigadores científicos y los actores comunitarios de la región, de manera que se logren alcanzar los objetivos propuestos y el alcance social que la investigación requiere para lograr un manejo adecuado de los contaminantes en el Archipiélago de Bocas del Toro.
Estado | Finalizado |
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Fecha de inicio/Fecha fin | 01/01/22 → 31/12/22 |
Palabras clave
- Biomarcador
- Ecología
- Ecosistemas marinos
- Ecotoxicología
- Factores de riesgo
- Ictiología
- Mercurio
- Monitoreo
- Relación especies-ambiente
Estado del Proyecto
- Sin definir
Financiación de proyectos
- Interna
- Pontificia Universidad Javeriana