Detalles del proyecto
Descripción
Esta propuesta de investigación se inscribe en el contexto de investigaciones previas de mi autoría en los campos de la teoría de la arquitectura de la vivienda, la arquitectura educativa, la arquitectura Museística, la arquitectura de Bibliotecas, en un esfuerzo por establecer un panorama suficiente de la teoría de la arquitectura contemporánea en Colombia, con base en los proyectos seleccionados y/o ganadores de las Bienales Colombianas de Arquitectura. El tema de investigación propuesto es la arquitectura del ocio en Colombia, por lo que, para definir el problema de estudio y la pregunta de investigación, es preciso establecer antes, cual es el concepto de ocio al que se hará referencia en esta investigación - y derivado de este concepto- establecer el problema y la justificación de esta investigación. La acepción del latín de la palabra Ocio (otium), remite a la ¿inacción o total omisión de la actividad¿ por parte de las personas, una noción heredada del mundo romano que asocia el ocio a un estado del ser humano en busca de un placer, y por ello, una forma de ocio con la que se buscaba satisfacer los sentidos del ser humano a través de espectáculos extremos como los que acontecían en el Coliseo Romano, o, a través del culto al cuerpo mediante las relajaciones que tenían lugar en recintos públicos como las Termas. Hasta el día de hoy esta es la noción más socorrida que se tiene del Ocio como antítesis del trabajo, lo que implícitamente entraña un juicio moral de esta práctica. Sin embargo, la noción de ocio también guarda en su significado, un origen etimológico anterior al Romano, mucho menos conocido. La palabra Ocio, derivada del griego skholé, significa ¿tiempo libre¿, que en la Grecia de Pericles, era el tiempo ¿donde una sociedad de ciudadanos ociosos discutía todo lo divino y humano, mientras los esclavos trabajaban¿. Aristóteles precisó el uso de este tiempo libre ¿como pauta de vida al alcance de sólo unos pocos privilegiados (¿), el ocio significaba para los griegos el principio de todas las cosas, concebido como un estado del alma con entidad y finalidad propias. Implicaba la plenitud de la vida dedicada al conocimiento del mundo mediante su contemplación puramente receptiva y la superación de lo humano a través del intelecto y la intuición.¿. Es por ello que, la sociedad griega fue, ¿a través de toda la historia de la humanidad, la que más y mejor ha permitido el desarrollo del hombre en el ocio y, a pesar de no fundarse en una estructura social justa, cultivó las artes y descubrió las ciencias; escribió libros, inventó la filosofía y refinó las relaciones sociales. Sin la clase ociosa, no sólo la griega, la humanidad nunca hubiese salido de la barbarie¿. Russell B. Elogio de la ociosidad. Barcelona. Edhasa. 2000; 11- 32. Por lo anterior, no es de extrañar que la noción griega del ¿ocio- skholé¿ derive de la misma raíz de la palabra ¿escuela¿ (Scholé), estableciendo un estrecho vínculo entre el ¿tiempo de ocio¿ como un ¿tiempo de reflexión e instrucción¿. Desde entonces, esta forma de ocio derivó en una práctica ejercida por un sector privilegiado de la sociedad que podía darse el lujo de renunciar al tiempo productivo para dedicarse a un tiempo reflexivo, y cuyo máximo representante en arquitectura fueron -y aun son- los Clubes. Hoy en día, este sentido del ocio tiende a persistir en la sociedad contemporánea, pues el ocio, es decir el acto de no trabajar representa -per sé- un lujo en la sociedad, un privilegio cada vez más escaso, pues supone el uso del tiempo -uno de los bienes más preciados en la actualidad- en una actividad aparentemente no productiva. Es por ello que vale la pena preguntarse, ¿Es el ocio un lujo?, la respuesta a esta pregunta es sí, en tanto se trata de un tiempo en el que no somos ¿seres productivos¿ en términos capitalistas, renunciando a la posibilidad de ganar más dinero en un tiempo determinado, para, por el contrario, gastar ese tiempo en una actividad aparentemente improductiva. Sin embargo, visto desde otro ángulo, es posible responder que no, el ocio no es un lujo, pues se trata de una necesidad y un derecho consagrado por la ley, y formalizado en un tiempo libre denominado como ¿vacaciones¿ o, en ciertos momentos del mes, como ¿fines de semana¿, un tiempo al que podemos acceder todos los trabajadores. En síntesis, y cómo afirma Thorein Veblen en su libro Teoría de la clase ociosa, el ocio es una cuestión que atañe a la sociedad, es decir, cada quien cuenta con un tiempo de ocio para la expresión de sus diversos intereses. Así como estos intereses puede aludir al otium romano en busca de entretenimiento y exaltación de los sentidos, puede también significar al ocio skholé como espacio adecuado para la búsqueda de bienestar. Es dentro de esta noción griega del ocio en la que se inscribe esta investigación sobre la arquitectura pública del ocio en Colombia.
Estado | Finalizado |
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Fecha de inicio/Fecha fin | 17/07/23 → 16/01/25 |
Financiación de proyectos
- Interna
- PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA