Este proyecto plantea la figura del curador y de la curaduría como resistencia a las formas hegemónicas del poder y de distribución del conocimiento. Parte central de su postulado consiste en trazar un mapa cognitivo contingente que rastrea de forma inusual e inesperada el territorio. Los proponentes vindican de forma poco convencional la ignorancia y la tensión entre conocer y desconocer como motores de conocimiento e investigación. De esta manera, llevan a cabo un reconocimiento de epistemologías provisionales desde el arte.