Procesos formativos en las artes escénicas en Bogotá (1951-2017).

Project: Research

Project Details

Description

Los programas universitarios de formación profesional en artes se han incrementado de manera notable en las últimas décadas. En el caso colombiano , en relación con las artes escénicas, este aumento reviste cierta particularidad dada la dinámica de la constitución histórica del campo teatral. En el país, con pequeñas variaciones a nivel regional, este campo como espacio relativamente autónomo en la definición de los criterios propios de creación, apreciación y juicio artístico, apenas cuenta con medio siglo de configuración (Aldana, 2008). La conformación de grupos, colectivos y proyectos con unas características específicas; la apertura de numerosas salas independientes; la capacidad de mantener un trabajo continuo con elencos estables; la apertura de espacios de intercambio y difusión a través festivales, encuentros y revistas especializadas; la habilidad ganada en la autogestión así como la especialización de apoyos institucionales, entre otros aspectos, son expresión de este fenómeno. En cuanto a la cualificación en el oficio, como necesidad de aprendizaje en las áreas que demanda cualquier montaje escénico (actuación, dirección, dramaturgia, escenotecnia, entre otras), las primeras escuelas se fundaron en la década del 50 del siglo pasado . Aunque pocas, sus aulas se llenaron con personas que no solo aspiraban a vincularse a esta práctica sino que, de hecho, algunas de ellas tenían una larga experiencia, especialmente en las franjas de radioteatro existentes en el momento (Aldana y Chaves, 2017). Tal necesidad de formación se profundizó una vez fue inaugurada la televisión (1954), con un espacio importante destinado a los teleteatros; así como cuando se dio la explosión de grupos experimentales y/o universitarios al finalizar la misma década, en el marco los primeros festivales de teatro realizados en el país (Meneses, 2013). Este proyecto tiene como propósito comprender las diversas dinámicas que, desde mediados del siglo XX, han configurado el campo teatral bogotano en términos de los procesos formativos seguidos por las personas involucradas en el quehacer teatral. Tal interés parte de la tensión que existe entre los dos ámbitos privilegiados, hoy día, para cumplir con este fin: por un lado, y de larga data, la práctica al interior de los grupos o colectivos artísticos y, por el otro, la ¿profesionalización¿, más reciente, a través de programas que otorgan título universitario avalado por el Ministerio de Educación Nacional. Esta tensión se relaciona con otra existente en los potenciales campos de desempeño laboral de los artistas: el trabajo como docentes acreditado por la competencia que otorga un título (Barragán, 2014) frente al ejercicio de creación artística en proyectos que sostienen la actividad teatral (como programación cultural). Si bien este tránsito -de los grupos de teatro y espacios alternativos a las aulas de clase- ha traído para algunos más beneficios que desventajas (Teatro Libre, 2014), en especial en lo que se refiere a las posibilidades de establecer conexión con otros saberes adláteres, la especialización de funciones en el acto creativo así como frente a los objetivos de formación integral; para otros solo responde a las demandas del mercado que obliga, a muchos artistas, a presentar un título académico a la hora de intentar incrementar sus ingresos económicos; cuando no a la presión, desde las instituciones correspondientes, por homogenizar cualquier proyecto educativo en términos de créditos, competencias o cumplimiento de ¿alta calidad¿ (Contreras, 2013); con la consecuente jerarquización de procesos de capacitación a nivel no formal, técnico y universitario. Con todo, aunque se trata de una discusión relevante, aquí solo interesa en cuanto se sostenga el eje de indagación alrededor de la formación en artes escénicas y la actividad creadora en proyectos artísticos donde, en últimas, se confronta dicha formación. Tal como ya se mencionó, la apertura de las primeras escuelas de teatro se dio en los años 50 del siglo XX como respuesta a las demandas de un campo artístico en expansión y consolidación. Casi tres décadas después, integrantes de grupos de teatro establecieron contacto con universidades por medio de las cuales buscaban convalidar la experiencia adquirida tanto en las tablas como en talleres, cursos y encuentros. Resultados positivos se dieron tempranamente con la Universidad de Antioquia, la Universidad del Valle y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, por mencionar los principales programas que aún se mantienen vigentes; centros que además apoyan el proceso de titulación de artistas ¿empíricos¿ bajo el programa de profesionalización impulsado por el Ministerio de Cultura, Colombia creativa . Otra de las rutas seguidas por algunas escuelas nacidas en los grupos de teatro, ya en Bogotá, ha sido establecer alianzas o, incluso, vincularse como departamentos a universidades con larga trayectoria. Tal es el caso del Centro de Formación del Teatro Nacional con el Politécnico Gran Colombiano o la Escuela del Teatro Libre con la Universidad Central, respectivamente. No obstante, el incremento de espacios de formación por medio de programas nacidos en las propias universidades es el más notorio: Universidad del Bosque, Pontificia Universidad Javeriana, entre otros más; o las licenciaturas, con su especificidad en la formación de formadores, tales como la de la Universidad Pedagógica Nacional o la Universidad Antonio Nariño. Vale la pena destacar que buena parte de los docentes pertenecientes a los programas formales de educación teatral, por lo menos en la etapa inicial de su configuración, han adquirido su propia experiencia en la práctica desarrollada en diversos colectivos teatrales. Anteriormente se ha hecho referencia a la manera en que las exigencias de cada proyecto creativo demandan una cualificación específica, exigencia que puede enfrentarse con la ayuda de un ¿maestro¿, con el trabajo en grupo o con el soporte de talleres y encuentros. No obstante, actualmente cobra mayor peso la presencia de profesionales que han obtenido títulos en diversos niveles, especialmente doctorado en instituciones nacionales y extranjeras, requerimiento de las mismas universidades en sus planes de acreditación de alta calidad. El terreno de la ¿profesionalización¿ por titulación en el arte dramático cuenta con el desarrollo de investigaciones parciales . Tal desarrollo constituye uno de los ejes centrales para la presente indagación, aunque se trata de ampliar la mirada con un ejercicio comparado sobre el surgimiento y fortalecimiento de distintos programas en la ciudad, en especial aquellos orientados a la actuación y la dirección . Sin embargo, interesa enfatizar en el registro y estudio de los diversos mecanismos empleados por los artistas para cualificarse en su práctica a través de la confrontación propia del teatro, es decir, en el montaje de un espectáculo que se pone a prueba ante el público. Esta es la razón por la cual buena parte del proyecto se concentra en la reconstrucción de experiencias formativas, a través del método biográfico, de artistas que no necesariamente hayan frecuentado las aulas como estudiantes y/o docentes pero que tienen una importante labor dado su reconocimiento en el ámbito teatral nacional. Aunque bastante diversificado, el campo teatral bogotano aun es restringido. Los nombres de artistas y colectivos que se mueven en los circuitos teatrales son bien conocidos, más allá de unos cuantos ¿consagrados¿. Pero dada la especificidad del oficio, se espera que tanto artistas y/o docentes sean creadores activos y que, su desempeño, como el de todo profesional, trascienda el espacio de las aulas. Esta es la dinámica que, en últimas, se busca comprender con esta investigación.
StatusFinished
Effective start/end date01/04/1931/03/20

Project funding

  • Internal
  • PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA