DETECCIÓN DE Cryptosporidium spp. EN LA POBLACIÓN HUMANA Y BOVINA DE HATOS LECHEROS DEL ALTIPLANO CUNDI-BOYACENSE.

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Cryptosporidium spp. es un protozoo que afecta gran cantidad de hospederos como insectos, aves, mamíferos, entre otros (Fayer & Xiao, 2008); dentro de los mamíferos es de gran importancia en los bovinos durante las primeras semanas de vida, ya que ha sido reconocido como uno de los agentes más prevalentes a nivel mundial en el complejo de diarreas neonatales, ocasionando graves pérdidas económicas a la industria ganadera. La prevalencia estimada para la Sabana de Bogotá ha sido del 5% (Hernández y Cortés 2012) y la incidencia del 38% (Pardo y Oliver 2012); sin embargo, de acuerdo con lo reportado por Avendaño et al. (2018) la prevalencia estimada para la región central del país es del 26.6%, datos que coinciden con las prevalencias estimadas en otros países, las cuales están entre 23.6% y 83% (Naciri et al. 1999; Udhe et al., 2008; Bartels et al., 2010; Torsein et al., 2011). Además de las implicaciones en la salud del hato, este parásito ha sido reconocido como un agente zoonótico el cual puede transmitirse al hombre por la ingestión de ooquistes a través de agua o alimento contaminados con materia fecal de animales infectados y/o portadores, o de forma ocupacional en aquellas personas que están en contacto directo con animales infectados, como los trabajadores de los hatos o los Médicos Veterinarios (Anderson 1998, Fayer et al., 2000; Olson et al., 2004; Romich 2008; Xiao & Fayer 2008; Dixon et al., 2011; Striepen 2013). La infección en humanos puede ocurrir a cualquier edad siendo más prevalente en personas jóvenes con cuadros clínicos que van desde asintomáticos hasta diarreas agudas (Fayer et al., 1998; Tzipori and Ward 2002); en personas inmunocomprometidas o en niños con malnutrición se producen cuadros graves de diarrea que pueden llevar a la muerte (Lujan & Garboso, 2008; Del Coco et al., 2009; Striepen 2013). En estudios realizados en humanos en Medellín se evidenció una prevalencia del 2,5% en pacientes con enfermedad diarreica aguda (EDA) (Medina et al., 1988). Por su parte, Vergara et al. (2000) evidenciaron una seroprevalencia en humanos del 83,3% en Cali, Medellín, Bucaramanga y Santa Fe de Bogotá; sin embargo, existen escasos reportes en Colombia sobre las especies de Cryptosporidium circulantes, su prevalencia y el posible mecanismo de transmisión zoonótica entre bovinos y humanos; por lo que el objetivo de este trabajo es determinar la presencia de Cryptosporidium spp. en humanos y bovinos de hatos lecheros del Altiplano Cundi-boyacense y los posibles factores de riesgo asociados a su transmisión. Para esto se evaluarán muestras de materia fecal de bovinos y de humanos mediante las técnicas de flotación, Ziehl-neelsen modificado y análisis de la secuencia del gen codificante para el rRNA 18S y el gen codificante para la proteína GP60, para determinar la especie del parásito y el (los) subtipos presentes tanto en los bovinos como en las personas. Con esto se espera aportar desde la ciencias básicas a la comprensión de la epidemiología de Cryptosporidium spp. en bovinos del altiplano Cundiboyacense y evaluar si en esta zona existe una posible transmisión de las especies de Cryptosporidium spp. consideradas zoonóticas, de bovinos a humanos y los factores de riesgo asociados a esta transmisión en los hatos lecheros. La ganadería colombiana es una de las actividades de mayor importancia en la economía del país (FEDEGAN, 2012), ésta representa aproximadamente el 3,5% del PIB Nacional, con una participación dentro del sector agropecuario del 20% y del 53% en el PIB pecuario de toda la nación, donde la producción de leche y carne es equitativa; de acuerdo con las cifras del DANE el 60% de los hatos ganaderos del país se destina a la producción de carne, el 38% a la producción de carne y leche (doble propósito) y el 2% restante a la lechería especializada (DANE, 2015). Según el informe del ICA, para el primer semestre del 2017 el censo ganadero fue de 23´457.022 cabezas, lo que representa un aumento aproximado del 3,5% en el último año (ICA 2017). La distribución por departamentos indica que el mayor porcentaje de bovinos se encuentra en Antioquia con el 11,6% seguido de Córdoba (8.61%), Casanare (8.18%), Meta (7.36%), Santander (6.26%), Cesar (6.02%), Caquetá (5.94%), Cundinamarca (5.57%) y Magdalena 5.35%, en los que se agrupa el 64,96% de la población de ganado total del país (ICA 2017), a su vez, el inventario ganadero bovino está conformado por aproximadamente un 56% de hembras y un 44% machos (DANE, 2015). Dentro de los problemas sanitarios que ocasionan importantes pérdidas económicas por mortalidad, bajas tasas de crecimiento y costo de tratamientos (Uhde et al., 2008) en este sector, se encuentran las diarreas neonatales, entidades multifactoriales asociadas con las características intrínsecas del animal, su estatus inmunológico y nutricional, manejo, condiciones medioambientales y diferentes agentes infecciosos dentro de los cuales uno de los más prevalentes a nivel mundial es Cryptosporidium spp., que afecta terneros durante las primeras semanas de vida (Fayer, 2004; Olson et al., 2004; Farizawati, 2005; Uhde et al., 2008; Carey 2012), y que adicionalmente ha sido considerado como un patógeno de carácter zoonótico (Graczyk et al., 1997; Fayer 2004; House et al., 2014). El porcentaje de prevalencia para Cryptosporidium sp. en la sabana de Bogotá se ha estimado en un 5% en terneros menores de 2 meses de edad (Hernández y Cortés 2012) y la incidencia es del 38.3% en terneros entre 1 – 30 días de edad (Pardo y Oliver 2012), otros estudios realizados en la zona central del país, determinaron una prevalencia del 26.6% en terneros menores de 35 días (Avendaño et al., 2018); en investigaciones desarrolladas en Francia se encontró que la prevalencia específica para Cryptosporidium parvum estuvo entre el 50% y 83% en terneros de 4 a 10 días (Naciri et al. 1999), otros estudios reportaron prevalencias entre 23.6% - 55% en terneros con o sin diarrea durante los primeros 30 días de edad (Udhe et al., 2008; Bartels et al., 2010; Torsein et al., 2011). En Medellín, en estudios realizados en humanos, se evidenció una prevalencia del 2.5% en pacientes con EDA (Medina et al., 1988), por su parte, Vergara et al. (2000) determinaron una seroprevalencia del 83.3% en diferentes regiones del país; y hay evidencia de un reporte de caso en un paciente VIH positivo en Popayán (Rivera & Vásquez, 2006); dentro de las especies que han sido identificadas en humanos están: Cryptosporidium viatorum, Cryptosporidium hominis y C. parvum. (Sánchez et al. 2017), mientras que en bovinos se han identificado principalmente a C. parvum y Cryptosporidium bovis en terneros < 35 días (Ocampo et al. 2012; Avendaño et al. 2018). Sin embargo, en ninguna región de Colombia han sido elaborados de estudios en los que se evalué la prevalencia y posible transmisión zoonótica entre los bovinos y los humanos que tienen relación directa con estos animales y los factores de riesgo que podrían estar favoreciendo su transmisión. Los primeros reportes de este patógeno asociado con enfermedad en humanos fueron en EEUU en 1976, en personas que manejaban terneros con diarrea, quienes se infectaron por contacto directo (Anderson 1998; Fayer et al., 2000; Romich 2008), o por vía indirecta mediante la ingestión de ooquistes liberados en la heces de terneros con diarrea que contaminaron agua y alimento (Anderson 1998, Fayer et al., 2000; Tzipori and Ward 2002; Olson et al., 2004; Romich 2008; Dixon et al., 2011); se estima que aproximadamente en el 90% de las muestras de aguas residuales, en el 75% de las aguas fluviales y en el 28% del agua potable se pueden encontrar ooquistes del parásito (De la Parte et al., 2005); otra forma de infección para los humanos puede ocurrir mediante el contacto con portadores asintomáticos, ya que éstos contribuyen de manera importante a la contaminación ambiental con ooquistes del parásito (Lorenzo et al., 1993, Scott et al., 1994; Anderson 1998; Tzipori and Ward 2002). Cryptosporidium spp. afecta a humanos tanto inmunocompetentes como inmunosuprimidos en diferentes rangos de edad; sin embargo, la mayor prevalencia se ha reportado en personas jóvenes (Fayer et al., 1998) causando desde infecciones asintomáticas hasta cuadros de EDA, en pacientes inmunocomprometidos se producen episodios graves de diarrea que pueden llevar a la muerte (Tzipori and Ward 2002; Lujan & Garboso, 2008; Del Coco et al., 2009). Adicionalmente, otros reportes indican la participación de Cryptosporidium spp. como el segundo patógeno en importancia, después del rotavirus, causante de diarrea y muerte en niños (Kotloff et al., 2013; Striepen 2013, Khan et al., 2019). Desde otro punto de vista, según los indicadores del mercado laboral a enero del 2018 la población ocupada en Colombia fue de 22,4 millones de personas de la cuales el 17% trabajan en agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca. Lo que representa 3, 8 millones de personas que puede considerarse la población ocupacionalmente expuesta (DANE,2018). Teniendo en cuenta el carácter zoonótico de Cryptosporidium spp. y el hecho de que un solo animal que elimine el microorganismo a través de su materia fecal es suficiente para desencadenar infección en las personas a su alrededor, es necesario conocer aspectos epidemiológicos de la infección como: la prevalencia, presencia de portadores asintomáticos y la posible presencia de subtipos asociados a procesos zoonóticos (transmisión entre bovinos y/o humanos). Adicionalmente, debido a que en Colombia se desconoce la prevalencia de esta infección en las personas que tienen contacto directo con ganado, este trabajo busca determinar las especies de Cryptosporidium presentes en bovinos y humanos, así como la presencia de subtipos que puedan ser potencialmente zoonóticos en hatos lecheros del altiplano Cundi-boyacense.
StatusFinished
Effective start/end date03/02/2030/10/24

Project Status

  • Not defined

Project funding

  • Internal
  • Pontificia Universidad Javeriana