Aproximación teológica a la justicia y la equidad de género desde la investigación acción participativa. Lectura contextual de jueces 19

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El secuestro y violación de la periodista Jineth Bedoya en el 2002, la masacre de las autodefensas contra las matronas de Bahía Portete (Guajira) en el 2004, los feminicidios de Rosa Elvira Celis y Viviam Urrego perpetrados por sus respectivos compañeros sentimentales en el 2012 o el ataque con ácido a Natalia Ponce (2014) están en la memoria de nuestro país, no solo por la sevicia y crueldad con las que fueron violentadas sino por lo que devino de los procesos de verdad, justicia y reparación. Al respecto, la jurisprudencia permitió erigir una ley para castigar con más de 50 años de cárcel a los feminicidas; igualmente, a celebrar el 26 de mayo el día nacional por la dignidad de las mujeres víctimas de violencia Sexual, que se le suma al día internacional contra la violencia de género (25 de noviembre). No obstante, a pesar de la indignación que hubieran podido provocar estos actos atroces, de las nuevas leyes con castigos más severos o las fechas conmemorativas, la injusticia y violencia de género es una realidad que cada día va en aumento en Colombia. Basta hacer una toma de conciencia para darnos cuenta de lo que pasa en nuestro país. Las historias de las matronas, Rosa Elvira, Viviam, Jineth y Natalia se repiten diariamente. En este sentido, el Centro de Referencia Nacional sobre Violencia dio a conocer las cifras de violencia contra la mujer en lo que va corrido del año 2016. Entre enero y febrero, 126 mujeres fueron víctimas de homicidio y 2.631 acudieron al Instituto para ser valoradas por un presunto delito sexual. En el marco de la violencia intrafamiliar, 735 niñas y mujeres adolescentes fueron víctimas de violencia por parte de un familiar o cuidador y 6.269 fueron víctimas de violencia de pareja. En cuanto a las mujeres mayores de 60 años, 119 de ellas fueron agredidas físicamente y 1.482 fueron víctimas de violencia por parte de otros familiares. La realidad anterior guarda estrecha relación con aspectos sociales y culturales que favorecen la aceptación de la injusticia y la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus formas. La iglesia luterana ha señalado las más relevantes que, en cualquier caso, buscan imponer el control y el poder: intimidación, vejación emocional, aislamiento, negación, culpabilización, chantaje, uso de supuestos privilegios masculinos, maltrato económico y uso de la fuerza. Sin duda, todo esto va en contra de la dignidad y el ejercicio de los derechos humanos. De manera específica, en sociedades patriarcales como la colombiana , las mujeres son objeto de discriminación política, social y económica Este fenómeno merece especial atención por parte de la teología en su propósito de incidir en la realidad en la cual se inscribe. De igual manera, la opción evangélica por los sectores más vulnerables de la población ha de jugar un papel central en la práctica pastoral de las iglesias, entre otras razones, porque la fe y las creencias religiosas aparecen recurrentemente en las historias vividas. ¿La mayoría trasciende las responsabilidades humanas y apelan a designios divinos con el fin de atribuir sentidos y hacer más soportable la existencia¿ en detrimento de una lectura política y estructural de lo sucedido¿ . Adicionalmente, una reflexión detenida sobre la injusticia y la violencia de género podría propiciar una mirada ad intra de las instituciones religiosas. Al respecto valdría la pena preguntarse una vez más si la pérdida de capacidad profética de las iglesias no está relacionada con la incidencia de estructuras patriarcales en las prácticas pastorales y con una teología de corte especulativo que se aleja de los problemas sociales. En oposición a esto, creemos que la lectura contextual de narraciones como la de ¿El levita y su concubina¿ (Jueces 19) tiene un efecto liberador en las personas ¿especialmente en las mujeres¿ que han padecido experiencias de injusticia y violencia de género. Aunque más adelante nos detendremos en este texto bíblico, vale la pena anotar desde ya que la riqueza de sus elementos ofrece la posibilidad de hacer una recuperación de la memoria transitada por la violencia, reflexionar sobre el poder en un contexto patriarcal y avizorar otras maneras de relación hombre-mujer. Las participantes en esta investigación forman parte de los grupos: ¿Sueños sin límites¿, ¿Lideresas de Alianza¿ y ¿Huellas de Arte¿ . A través de una dinámica reflexiva, iluminada por el texto bíblico, se pretende fortalecer sus procesos de desarrollo personal y comunitario. Además, la investigación quiere motivar a las iglesias para que desarrollen una acción pastoral que responda a los problemas de injusticia e inequidad de género. Mediante el recurso a la Investigación Acción Participativa y la Lectura Contextual de la Biblia, el grupo de investigación Didaskalia y los grupos ¿Sueños sin límites¿, ¿Lideresas de Alianza¿ y ¿Huellas de Arte¿ vivirán una experiencia transformadora a propósito de la justicia y la equidad de género. El presente proyecto de investigación tiene como propósito responder a la pregunta: ¿Qué aportes hace la lectura contextual de Jueces 19 a la reflexión teológica sobre la justicia y la equidad de género, en un proceso de investigación acción-participativa adelantado por un grupo de personas que ha vivido injusticia y violencia de género?
StatusFinished
Effective start/end date01/01/1731/12/17

Project funding

  • International
  • IGLESIA SUECA